Trabajar por los derechos humanos en Venezuela siempre es un reto. No se trata solo de la agresividad del estado, sino además el tema económico, factores de movilidad, las fallas eléctricas. Decimos “queremos empoderar al ciudadano”, pero… ¿cómo?
Si a este panorama ya complicado le sumamos el Covid-19 y su obligada cuarentena para todxs, pues se complica más aún. Justo cuando preparábamos unas actividades presenciales, el señor Coronavirus dice “¿saben qué? Vamos a rehacer todo el plan anual. No, no es opcional”. Y nos pone frente a una pregunta fundamental: y ahora, ¿qué?
El “qué” fue respondido por el Aula Virtual, proyecto de empoderamiento que nos dejó, en medio de las noticias mundiales sobre pandemia, conversando también sobre la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Sí, la situación es grave, nos obliga al aislamiento social, nos obliga a repensar muchísimas cosas, pero también, nos dio la oportunidad de trabajar, más de 20 personas, en distintos estados de Venezuela, e incluso desde otros países, aprendiendo sobre cómo presentar un caso o una medida cautelar ante el sistema interamericano.
Cuando, hace algunos días, entregamos -vía correo- 26 certificados, fue como una (no tan) pequeña victoria. 26 personas que enseñarán a muchísimas más sobre cómo denunciar violaciones a derechos humanos a nivel internacional. Y desde las aulas virtuales, y con el apoyo de aliados regionales, son más de 100 a las que hemos capacitado. Y seguiremos haciéndolo.
A veces, cuando hablamos de resiliencia, de reinventarnos, hay críticas. Dicen que nos acostumbramos a todo. Que nos acostumbramos a los cortes de energía eléctrica, que nos resignamos a vivir con carencias. Pero no. No nos resignamos. Por eso, aprendemos, y enseñamos. Por eso le decimos a la gente que esto no es normal, y que los derechos son exigibles y justiciables.
No, nos rendimos. Ni lo haremos. Sí, seguiremos peleando con el internet de Venezuela, ajustando los contactos de preguntas de participantes a la hora en que no se va la luz en la ciudad, corriendo las entregas de trabajo para que lo pueda entregar el participante que pasó días aislado y sin servicios, pero, ¿saben qué? Igual, no estamos vencidos. Seguimos en pie.
Y por eso, Aula Virtual presente. Y que lo malo venga de a uno.