La Asociación Civil Gurrufio, la Red de Activistas Ciudadanos por los Derechos Humanos (Redac), y la Cátedra de la Paz de la Universidad de Los Andes (ULA) realizaron la primer jornada el 28 de agosto acerca del ciclo formativo sobre la caracterización de los derechos humanos de la mujer en la situación actual en el sector La Corteza, en Acarigua, estado Portuguesa.
El contexto social que enfrentan estas mujeres en sus comunidades es adverso: la situación de la energía eléctrica en el sector ha empeorado, al igual que los servicios básicos como la cobertura, el internet y la escasez del gas doméstico, teniendo en muchas ocasiones que cocinar con leña.
Las pocas unidades de transporte que aún trabajan, son insuficientes para el número de usuarios y usuarias de la comunidad. Esto, provoca que se circule con sobrecargo de pasajeros, sin respetar la distancia requerida por la pandemia de la Covid-19, corriendo el riesgo de ser contagiados y contagiadas, incluso recorriendo a pie para poder llegar al destino deseado.
Frente a esto, toma más importancia aún el empoderamiento de las mujeres, y la capacidad de resiliencia necesaria para llevar adelante estas iniciativas.
En esta primera jornada, se contó con 15 mujeres, entre ellas, dirigentes comunitarias y sociales. De forma integrada, entretenida y con una participación activa de todas las mujeres, se revisó la visión de la violencia de género como una situación normalizada en la sociedad, dentro de un sistema patriarcal.
Al inicio, se realizó una dinámica sobre las cualidades de las mujeres y se logró identificar que se debe fortalecer la identidad y las características propias en cada una de ellas, especialmente la autoestima, el valor y las fortalezas.
Se abordó también la historia sobre la violencia de género y el marco jurídico actual en Venezuela que protege el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, siendo el Estado, el único responsable y garante de los derechos para la protección de la vida de las mujeres.
Las mujeres lograron conocer y reconocer los 21 tipos de violencia mediante los ejemplos y sus experiencias personales, llegando a ser impactantes para muchas de ellas. Durante la conversación y el compartir de las experiencias entre los participantes, se logró identificar futuras escenas de violencia en sus vidas y las herramientas necesarias para enfrentar las situaciones como los órganos receptores de denuncia. Además, recibieron una copia de la guía de bolsillo de la Red Naranja.
En la jornada, se habló diversas experiencias personales sobre el maltrato verbal y las diferentes formas que son desvalorizadas en los hogares a través de humillaciones. A pesar de ello, las mujeres sienten la necesidad y tienen la voluntad de mejorar cada día, sintiendo el deseo de superarse y lograr cada una de las metas en sus vidas.
Las participantes no cuentan con los teléfonos inteligentes, la cobertura o el internet necesario para acceder a la tecnología y a la educación mediante el WhatsApp, siendo imposible que puedan participar en las actividades como los forochats para la formación y el empoderamiento, con la perspectiva de género.
Las asistentes se sintieron libres de expresar testimonios; como un caso de una participante con un familiar (hermano) privado de libertad, que contó su experiencia al acudir al centro penitenciario donde este se encuentra, en el cual las funcionarias en el protocolo de revisión las tocan de manera inadecuada, siendo amenazadas de no tener el acceso al familiar para la entrega de los objetos necesarios a la persona detenida en caso de que protesten ante esta situación.
Otro de los casos es una madre de dos niños, contó la historia que vivió con su ex pareja y el padre de los hijos, siendo maltratada e incluso encerrada en el cuarto. En el grupo de las mujeres de la comunidad, también se contó con una de las experiencias de la comunidad LGBTIQ+, una mujer lesbiana que es maltratada e insultada por los hombres, teniendo diversos enfrentamientos en cada situación de ese tipo.
Las jornadas son realizadas con el fin de darles las herramientas necesarias a las mujeres de la comunidad ante los hechos de violencia basada en género como las situaciones en flagrancia y el abuso sexual para el empoderamiento y el reconocimiento de sus derechos para cada una de ellas, los familiares, las amigas y la comunidad.
Esta iniciativa, primera de muchas actividades de este tipo, contará con réplicas en distintas comunidades de la ciudad, donde ya hay interés de recibir esta capacitación.
