Frente a la pandemia del COVID-19 que amenaza al mundo y cumpliendo con mi deber de quedarme en casa para ayudar a prevenir su propagación, he decidido utilizar este momento para reinventarme como defensora de los Derechos Humanos y como ciudadana, aprovechando la oportunidad para formar parte de las iniciativas impulsadas por organizaciones de nuestro país enfocadas a continuar y promover la educación a través de cursos tutorizados a distancia.
Durante esta ruta llena de aprendizaje me he encontrado con varios obstáculos en el camino como la intermitencia del internet. Sin embargo no permití que esto me detuviera, lo que me llevó a descubrir que hay horas determinadas para su uso cuando la afluencia de los usuarios es menos concurrida.
Estamos atravesando tiempos de profundas transformaciones que nos obligan a desarrollar nuevas capacidades y herramientas, teniendo como norte siempre la defensa de los Derechos Humanos y la constante formación académica. Quedarme en casa no es sinónimo de vacaciones sino época de asumir cambios en mi forma de trabajo y de intensificar mi actividad en redes sociales, participando y apoyando campañas o en foros por zoom, pero también me brinda tiempo de entretenimiento con reflexión, al ver películas con mensajes que inspiran, leer libros y lo primordial compartir en familia.
Como ciudadanos, tenemos que comprometernos en la lucha contra esta pandemia mundial que no discrimina y nos afecta a todos por igual, es fundamental la prevención, la solidaridad, la información verificada y recordar que todo pasa y que esto también pasará…