#CuentaTuHistoria
Soy Yonatan Matheus, un hombre gay venezolano migrante forzado, Trabajador Social y defensor LGBTQ.
Yo nací en Venezuela, un país donde ser una persona LGBTQ es complejo, aun cuando la homosexualidad, no están consideradas como delito, la ausencia de leyes y políticas públicas específicas que nos protejan contra la violencia y la discriminación que puedan contribuir a que tengamos acceso igualitario a la educación, salud, trabajo, vivienda y derechos civiles, siguen causando terribles consecuencias que nos sumergen en la pobreza, la invisibilidad y exclusión social.
Sin embargo, estas situaciones no apagan nuestras ganas de continuar, de dar nuestro aporte y tener confianza en que cada día somos más las personas que nos movemos hacia los cambios que necesitamos, quizás muchos hemos tenido que salir forzadamente del país, como fue mi caso, a causa de la persecución y peligro que representaba para mi vida ser un defensor LGBTQ que denunciaba y daba visibilidad a las violaciones a los derechos humanos cometidas en contra de mi comunidad, pero mi compromiso y responsabilidad con la causa igualitaria venezolana no termino con mi exilio.
Hoy vivo en New York City, donde hace más de cincuenta años se encendió la llama por los derechos LGBTQ en las Américas, el pasado mes de abril llegue a los cinco años separado de mi familia, amistades y la posibilidad de pisar el suelo venezolano, una de las situaciones más difíciles y menos agradables que me han tocado vivir en los últimos años, pero que me siguen dando fuerza, ganas de avanzar, crecer y trabajar para ver a mi país libre de esa clase política que por sus mezquinos intereses y acciones quieren seguir sometiendo a nuestra nación.
Cada día, con el paso de las estaciones, no he perdido la oportunidad de vincularme y aprender de las organizaciones locales que ofrecen servicios a personas LGBTQ migrantes, afectadas por VIH, la pobreza, la violencia LGBTIQfóbica y discriminación que vivieron en sus países de origen.
Los rostros e historias de cada persona que la vida pone en mi camino son una especie de combustible que ayudan a continuar y me permiten valorar más la dignidad que todas las personas tenemos. Creo que el ruido generado por las dificultades que vivimos, dentro y fuera de nuestro país, muchas veces puede aturdirnos, nublar nuestros sentidos y atenuar nuestra capacidad ser empáticos, solidarios y resilientes.
La crisis del COVID-19, luego de un año de haber comenzado, sigue representando una valiosa oportunidad, donde sea que nos encontremos, para escucharnos a nosotros mismos y vernos reflejados en nuestros conciudadanos sin ningún tipo de discriminación, para la recuperar la confianza en los valores universales que nos unen como humanidad, para superar las adversidades, retomar los rumbos de prosperidad e inclusión de los cuales nos han querido desviar y exigir con valentía a los autoridades cumplir con sus obligaciones frente a los derechos humanos.
Desde este contexto, puede retomar junto a mis colegas de Venezuela Diversa algunas acciones de apoyo a las personas gais, bisexuales y trans de Caracas afectadas en su salud, y aquellas que han decido a emigrar del país, pude también seguir dando a conocer situación de los LGBTQ en Venezuela en varios espacios, y más recientemente fundar a América Diversa Inc, una organización enfocada en apoyar a los LGBTQ migrantes, refugiados y solicitantes de asilo latinos en New York City.
Por ahora, cada lunes nos encontramos en el Grupo LGBTQ de las Américas un espacio virtual de conversación para LGBTQ de habla hispana en las Américas, aquí puedo seguir creciendo junto a las personas maravillosas que desde la distancia se suman para hacer nuestra parte, en esta gran tarea que tenemos a favor de los derechos humanos, sus vidas me recuerdan que no hay ninguna situación adversa que con confianza en nosotros mismos, dedicación y entusiasmo no podamos superar.