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Venezuela se despide de su último glaciar, sin ningún intento para salvarlo

Verónica Carballo/ Caleidoscopio Humano

Venezuela, un país megadiverso, potencialmente turístico, con una cantidad de recursos naturales impresionantes; pero que también es un país donde la desidia y la inconsciencia reinan a lo largo y ancho de su territorio.

Con la falta de políticas de Estado en cuanto a temas ambientales, más la falta de sensibilidad de los propios venezolanos, nuestros ecosistemas se hacen más vulnerables con el paso del tiempo; tal es el caso del Glaciar La Corona, ubicado en el Pico Humboldt del estado Mérida y considerado como el último glaciar venezolano.

¿Qué pasó con el glaciar?

La comunidad científica ha informado que Venezuela se convirtió en el primer país en perder todos sus glaciares. Una grave noticia, no sólo por el hecho de perder quizás un atractivo turístico, ni tampoco por perder una parte tan bonita del estado Mérida, esto va mucho más allá, los científicos se refieren a un glaciar que se derritió mucho más rápido de lo que tenían previsto.

Alejandra Melfo, física uruguaya que ha desarrollado su carrera científica en Venezuela quien, además, es profesora de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes (ULA) y participante de grupos de investigación sobre ecología y microbiología de los últimos glaciares venezolanos, advirtió hace varios años que Venezuela podía quedarse sin glaciares.

Melfo comentó en el podcast “Cómo despedirse de un glaciar” de El Hilo, que recuerda que en el año 2013 el glaciar La Corona, “era muy grande y muy impresionante… Es duro y doloroso, hay que verlo como una oportunidad de aprender cosas, de hacer investigaciones sobre cómo ocurre este proceso, de enseñarle a los niños y a la población en general que el cambio climático está ahí”.

Derechos ambientales

Es aquí donde juega un papel importante el calentamiento global, el cambio climático y por supuesto la falta de políticas del Estado ante los derechos ambientales de Venezuela.

De las áreas naturales protegidas del país, pareciera ser que sólo queda el nombre. Con un Estado que no se preocupa en lo más mínimo por, resulta irónico, “proteger” estas extensiones de tierra.

Según las Naciones Unidas, “los Estados deben garantizar un medio ambiente sin riesgos, limpio, saludable y sostenible con el fin de respetar, proteger y hacer efectivos los derechos humanos”.

Y, de acuerdo con el Artículo 127 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, “Es un derecho y un deber de cada generación proteger y mantener el ambiente en beneficio de sí misma y del mundo futuro. Toda persona tiene derecho individual y colectivamente a disfrutar de una vida y de un ambiente seguro, sano y ecológicamente equilibrado”.

Para conmemorar el día de la tierra, el 22 de abril pasado, en Caleidoscopio Humano, abordamos este tema, señalando lo siguiente: «El 21 de febrero, el Ministerio de Ecosocialismo informó que el Gobierno afina los últimos detalles de una operación inédita con la que espera retrasar el derretimiento de su último glaciar, ubicado en el estado andino de Mérida».

El plan es desplegar mantos geotextiles en los alrededores del glaciar. La operación se realizará «en las zonas donde hay debilitamiento de la capa de hielo, que es la que sufre en este momento un nivel de derretimiento superior», según una nota de prensa del Ejecutivo.

Sin embargo, este plan llegó tarde; pues, el deshielo del glaciar ya estaba demasiado avanzado.

Si bien, el Estado debe ser garante de que se respeten los derechos ambientales en el país, los propios ciudadanos que habitamos en esta tierra debemos respetar y asumir nuestra responsabilidad para preservarla.

El calentamiento global y el cambio climático: Enemigo latentes

A pesar del empeño de una parte de la población mundial en negar que el calentamiento global existe, los cambios en nuestro planeta nos demuestran lo contrario.

Glaciares derretidos, lluvias torrenciales, sequías extremas, altas y bajas temperaturas… todo es un compendio de cambios que vive la tierra y por ende, los seres vivos.

¿Pero, por qué es importante un glaciar?

Según la Fundación AquaE, «los glaciares del mundo acumulan más del 75 % del agua dulce de la Tierra y son un elemento imprescindible dentro del ciclo hidrológico, actuando como reservas de agua que retienen parte de las precipitaciones”.

AquaE también explica el por qué son importantes estas masas de hielo, y es que “en las épocas del año cuando las temperaturas son más bajas, se produce la formación de grandes masas de hielo y glaciares. Cuanta más agua pase a estado sólido menor será la disponibilidad de este recurso para las siguientes fases del ciclo del agua (…) en el caso de los períodos de clima más cálido, las mejores temperaturas provocan el derretimiento de las masas de hielo. Esto provoca el aumento del agua disponible en forma líquida. De esta manera, se puede ver que, a través del deshielo, los glaciares cumplen un papel fundamental en el ciclo del agua”.

¿Qué consecuencias trae el derretimiento de los glaciares?

Los glaciares son grandes indicadores del impacto del cambio climático porque sus tamaños fluctúan en consecuencia de la temperatura y precipitación. El deshielo de un glaciar debido al calentamiento de la tierra, trae como consecuencia el aumento de los océanos, traducido a menos agua pura, ocasionando un cambio drástico en los ecosistemas.

Esto es especialmente grave en los países andinos (Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina), que han perdido la mitad de ellos en los últimos 50 años. Sin embargo, Eslovenia, Indonesia y México podrían ser los próximos países a los que les toque, como a nosotros, despedirse de sus glaciares.

Lee en nuestra web https://caleidohumano.org/venezuela-se-despide-de-su-ultimo-glaciar-sin-ningun-intento-para-salvarlo/

Caleidoscopio Humano

Caleidoscopio Humano

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