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¿Una sola golondrina no hace verano?

 
#OpiniónCiudadana
Por: Roberth José Yánez Méndez
Médico Cirujano, Ginecólogo-Obstetra y en Salud Pública
 
En 1906 nace en Polonia en Bialystok, Alberth Bruce Sabin, quien fue uno de los hombres para ese siglo XX, que contribuyó a la humanidad en el descubrimiento de una vacuna contra una enfermedad, denominada “poliomielitis”, que en aquellos años hacia estragos a nuestra sociedad, acabando con generación enteras.
 
Aunque no fue el primero en descubrir la vacuna, fue con su colega Jonás Edward Salk, de orígenes judíos, los que aportaron a la humanidad, la Identificación del agente causal, la vía de trasmisión de la enfermedad y la manera más apropiada para su erradicación.
 
Lo novedoso de aquella vacuna (cepas inactivas del virus) que se descubrió y se utilizo a finales de 1950, era qué se administraba por vía oral, en forma de gotas, lo que facilitaba la cobertura de la población blanco de la enfermedad, además de su bajo costo (la población infantil).
 
Fue una contribución sin precedentes en la historia de la humanidad, tanto por la vía de administración, como por el hecho de que los autores se deslastran de intereses personales y económicos, no patentan, sino que la ceden a todos los niños del mundo.
 
Ahora bien, en los actuales momentos habiendo conocido una línea de tiempo sobre los aportes a la humanidad de ciertos hombres y mujeres, ¿es tan difícil que actualmente, se haga una contribución de tal magnitud para la raza humana?
 
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Oficina Panamericana de la Salud (OPS), en conjunto con las compañías farmacéuticas, ¿estarán en la capacidad, indiferentemente dé sus intereses económicos y financieros, de lograr una vacuna al servicio de la salud pública?, con los mismos objetivos de aquellos años difíciles de 1950, donde posteriormente se logró la erradicación  de la poliomielitis, a nivel mundial.
 
El avance de la tecnología ha permitido la creación de vacunas (ARN, Vector Viral, proteína S inofensiva) por diferentes países, compañías farmacéuticas, vacunas, las cuales algunas de ellas se pueden hasta combinar provocando seguridad, efectividad contra el agente agresor, y bajos riesgos, pero aún no se ha alcanzado ese gesto de desprendimiento, como los dados por los médicos virólogos, Alberth Bruce Sabin y Jonás Edward Salk; entre otros de su tiempo.
 
 
 
 
Imagen cortesía de 90lineas.com
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