#OpiniónCiudadana
Por: Adriana Adrián
Definitivamente hay momentos en mi vida en los que me lleno de profunda decepción y me hacen pensar que merecemos lo que tenemos, cuando veo la añoranza de gobiernos autoritarios del pasado me lleva a convencerme de que como ciudadanía tenemos años equivocados y cometiendo errores.
No es un secreto para nadie el anhelo de un Marcos Pérez Jiménez por muchos venezolanos, el rescatar lo bueno y olvidar muy rápido los torturados, perseguidos, exiliados y ejecutados por la Seguridad Nacional, porque tenemos la Autopista Caracas- La Guaira.
El concreto no puede ser más importante que la libertad, si, es verdad que el general culminó y promovió proyectos, pero no me permito verlo o definirlo como “el gran constructor de Venezuela”, acotando que Venezuela es más que Caracas y la región central donde están concentrados la mayoría de sus avances de infraestructura y vialidad que todavía están presentes, pero aun así teníamos regiones desasistidas y precarias que se quedaron en el olvido, a las cuales nunca se les dio respuesta.
Detrás de esa Caracas pujante, con aires de desarrollo y progreso, teníamos un país donde la mitad de sus habitantes eran analfabetas, un país donde no existía una mejora evidente en la erradicación de enfermedades, un país de favoritismo, de pobreza y de marginalidad, ese país donde el campo y nuestros espacios rurales fueron olvidados, donde mas allá de todos estos problemas sociales le sumamos la represión, el terror, la persecución y las ejecuciones extrajudiciales.
No es esa la Venezuela que más recordamos de la época de Pérez Jiménez, porque nos quedamos con las propagandas, los carnavales y con las grandes obras de ese periodo, es mas fácil eso que quedarnos con ese régimen atroz del cual fue victima Leonardo Ruiz Pineda, Antonio Pinto Salinas y Alberto Carnevali, los torturados de Guasina y los exiliados de la época.
Como sociedad, hemos tenido memoria corta y es evidente que no nos gusta recordar el dolor de aquella época, pero es necesario para no añorar un régimen dictatorial como el de Marcos Pérez Jiménez. No se puede exaltar algo que hizo tanto daño, veo con mucho miedo como se añora mas los años de dictadura que los años de la democracia, nuestra democracia no fue perfecta, tuvo sus errores, teníamos instituciones frágiles, pero había libertad de pensamiento, de expresión, acceso a la información, progreso a nivel de salud y educación, programas sociales enfocados en el desarrollo y el crecimiento, aunque la verdad, en esa democracia también hubo altos niveles de corrupción, partidismo dentro de las instituciones, nuestros lideres construyeron una democracia de luces y sombras.
Es inconcebible que alguien añore un régimen como el de Marcos Pérez Jiménez, ya que dictadura es dictadura venga de donde venga, al igual que es inconcebible soñar con los años de la llamada 4ta República y llegar a añorar algo así, nosotros tenemos que hacerlo mejor y diferente.
Imagen cortesía: Póster del documental “Tiempos de Dictadura” (2012)