Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Ronel Ramos: Humildad, perseverancia y educación en la defensa de los derechos humanos en Venezuela

POR: Karla Ávila Morillo / Comunicaciones REDAC

Ronel José Ramos Vásquez, joven activista por los derechos humanos, nació en Porlamar, estado Nueva Esparta. Este margariteño creció junto a sus abuelos en la población de pescadores artesanales de La Guardia, municipio Antonio Díaz de la isla.

Hace algún tiempo atrás inició estudios de administración de empresas hoteleras en la Universidad De Oriente (UDO), pero no culminó, así que continuó su formación académica en el Instituto Universitario de Tecnología Industrial “Rodolfo Loero Arismendi” (IUTIRLA) donde culminó su carrera como técnico superior universitario en  relaciones industriales. Adicionalmente es animador y recreador, con capacitación para la creación de voluntariados a nivel organizacional.

Da un paso adelante en la defensa de los derechos humanos cuando le toca de cerca la injusticia y la violencia por parte de las autoridades al momento de realizar procedimientos contra los jóvenes que se encontraban manifestando en Nueva Esparta, allí conoció lo que era violentar el debido proceso, específicamente cuando vivió la desaparición forzosa y aprehensión de un amigo cercano.

Comenzó en el activismo de los derechos humanos, como ciudadano preocupado por la situación y contexto de protestas a nivel regional, es entonces cuando la abogada Mariangélica González, directora de los defensores activos del Foro Penal en aquel momento, observó su trabajo y le ofreció la oportunidad de aprender junto al Foro Penal capitulo Nueva Esparta. A la par de esta experiencia, también ha trabajado con el Rotary y “Rescata tu isla”.

Conoció a la Red de Activistas Ciudadanos por los Derechos Humanos (REDAC), como un grupo de ciudadanos que compartían sus experiencias locales, y desde sus espacios pudieron aportar a la defensa de los DDHH, previendo escenarios y brindando una gran cantidad de herramientas que permitieron resguardar su seguridad y hacer activismo ciudadano.

Para Ronel es importante la credibilidad y el profesionalismo como activista, porque a su juicio, esto es lo que le ha permitido que organizaciones, agrupaciones de ciudadanos y personas anónimas, le brindaran a él, recursos y herramientas que le han permitido la realización de diversas actividades.

Comenta: “El trabajo en equipo es vital en toda organización, en especial aquellas que traten temas de derechos humanos, porque en vista de que se necesita apoyo mancomunado de todas las personas, que puedan aportar desde el profesionalismo o desde su experiencia, esto va a reforzar y blindar los trabajos que realicemos e incluso, opino que somos capaces de tener mayor impacto si nos agrupamos.”

Ha trabajado a lo largo de casi toda la Isla de Margarita, desde las zonas más rurales hasta las poblaciones más populares, actualmente están en proyecto algunos planes de expansión hacia la isla de Coche y de ese modo poder abarcar todo el territorio de Nueva Esparta. Confiesa que cuando va a esas comunidades percibe la desesperación: es lo primero que él observa cuando llega a una comunidad, personas que no saben cómo elevar su voz, cómo visibilizar una violación a los derechos humanos, siempre expresando el miedo a las fuerzas represivas, que sin mediar palabras, en algunos casos, reprimen sin motivos.

Expresa que: “En las comunidades apreciamos que las problemáticas más relevantes tienen que ver con los servicios públicos, como el acceso al agua potable, la falta de sistemas de tratamiento de aguas negras, la saturación del servicio de recolección de basura, la deserción escolar, la falta de profesionales tales como maestros y médicos, la falta de insumos médicos en los centros de salud y la reventa ilegal de dichos medicamentos por parte del personal que labora en esas instituciones.”

A Ronel le gusta impartir educación en derechos humanos, hoy por hoy se ha sumado a grupos de trabajo para crear talleres de formación que impacten positivamente en todas las comunidades universitarias, desde el Foro Penal ayuda a impulsar dicha capacitación, en especial talleres que rompan con el mito de que solamente los abogados pueden ejercer la defensa de los derechos humanos.

La interacción de Ramos con otros activistas la define así: “El trabajo con mis colegas activistas, lo puedo definir con una sola palabra, es “participativo”, cada uno divulga sus actuaciones y solicita el apoyo o asesoramiento, en algunos casos cuando no contamos con las herramientas necesarias acudimos a otros activistas de las diferentes regiones en busca de los instrumentos que nos permitan dar soluciones oportunas.”

Opina que para poder impulsar que otras personas se unan y trabajen más por sus derechos desde la sociedad, se deben crear redes de apoyo en todas las comunidades, para que cada una tenga el poder de actuar cuando sea necesario. Cree que la justicia en Venezuela es un sistema viciado, lleno de oportunidades para las personas con cierta influencia, para que prospere la corrupción, sin embargo, confía en los jóvenes como fuerza presente, deposita en ellos la responsabilidad de formarse en materia de derechos humanos desde el sistema de educación, aunque al ponerlo en contexto de la situación actual que vive Venezuela, considera que se debe crear un sistema de formación continuo para  niños, niñas, adolescentes y jóvenes, darle seguimiento al mismo y hacer que se cumpla.

La diferencia entre el antes y el después de impartir educación en esta materia, se ve de manifiesto en la falta de conocimientos, lo cual, en el pasado, fue un factor que dejaba a los ciudadanos en desventaja ante funcionarios violadores de derechos quienes se valían del poder para vulnerar aun más a las personas. Por eso, a través de la enseñanza fomenta la unión, el compañerismo, la hermandad, la solidaridad, humildad, compromiso y la responsabilidad al actuar.

Hace énfasis en lo siguiente: “Nueva Esparta está en un despertar de conciencia, donde cada ONG desde su espacio, está aportando su grano de arena para fomentar el activismo ciudadano, enseñando que como ciudadanos tenemos derechos y deberes. Y para lograr la sociedad que nos merecemos hay que construirla. Debemos romper las barreras educativas, culturales y políticas. Con autodisciplina y buenos hábitos podemos explorar los temas relacionados con derechos humanos para dar un paso adelante como sociedad.”

Proyecta que para poder lograr la libertad que tanto anhela Venezuela hay que trabajar arduamente para lograr esa meta, todo esfuerzo es bienvenido siempre y cuando sea para avanzar hacia la democracia, lo que traerá al país más que una gran satisfacción, traerá progreso, equidad e integración de una sociedad que actualmente está rota.

Activismos

Activismos

Red de Activistas ciudadanos por los DDHH promoviendo democratización de los DDHH

Más artículos del autor: