Yumaira Sivira, abogada.
La defensa del ser humano es como una semilla que se lleva por dentro y presiona por germinar hasta dar frutos. Es lo que le ocurrió a Yumaira Sivira, quien después de hacerse técnico superior en Turismo y también madre sabía que las aulas de Derecho la esperaban para hacer algo por los demás.
“Llegué a Redac aproximadamente hace un año y medio. Soy defensora activa del Foro Penal y nos invitaron a un taller aquí en Barquisimeto; me gustó mucho la filosofía y cómo Redac organiza a los defensores de derechos humanos desde pequeña hasta gran escala, para acompañar y orientar a víctimas en este momento difícil que estamos viviendo”.
Trabaja con las comunidades del oeste de la capital larense. “A través de asambleas les damos a conocer qué son los derechos humanos. Muchos piensan que se trata solo del derecho a la vida o a la libertad de expresión ¡y son tantos! Derecho a la alimentación, a la vivienda, el bienestar en sí del ser humano es un derecho”. Les hace entender que al violentar cualquiera de ellos violentan su dignidad. Opina que quizás el venezolano acusa un golpe a su autoestima porque ese desconocimiento y desinformación lleva a la inercia de no exigir.
“Siempre le explicamos a la persona lo importante de denunciar, de documentar y de difundir”. Admite que la gente tiene mucho temor de denunciar, por todo lo que representa. “Pero les explico que si no hay denuncia no hay delito y, cuando todo esto pase, no habrá responsables. Es necesario que se establezcan las responsabilidades”, dice.
Insiste en agotar todas las instancias, recurriendo al Ministerio Público, a la Defensoría del Pueblo y a los demás entes encargados de hacer valer los derechos. “Me llama la atención cuando la gente dice: ‘¿Para qué?’ Esa es la desesperanza. En ese momento les repito las tres D del defensor de derechos humanos: denunciar, documentar, difundir. Porque muchas veces se hacen las denuncias, pero no se documentan como se debe; entonces esas denuncias se pierden en el tiempo y también en los archivos de los tribunales, de cualquier órgano del Estado”.
Cuenta que les llegan casos de violación de los derechos de alimentación y medicinas. Tal es el caso de los pacientes oncológicos que no reciben su tratamiento del Seguro Social y los acompañan en esta exigencia. Asimismo, han recibido denuncias de adoctrinamiento de niños en las escuelas y también maltrato, pero los padres no denuncian, por miedo.
“Si cada uno desde su espacio cumpliera las cosas como son, quizás este desastre no estuviera tan fuerte. Tenemos que demostrar que los buenos somos más y hacerlo sentir, nos conviene a todos que el país esté bien”, dice Yumaira Sivira con convicción, a pesar del peso de la crisis que agobia al país. “Tenemos que persistir, en el nombre de Dios, para que esto acabe y que sea una enseñanza para que nunca más vuelva a pasar”.