Para nadie es un secreto que esta cuarentena social, nos ha cambiado la vida a todos; pero muchos seres humanos quedaron atrapados en un contexto de violencia doméstica o familiar y se están viendo forzados a convivir más con sus agresores.
Es por ello que decidimos realizar trabajo virtual y tratar de brindarles apoyo emocional, así como números de teléfono para que puedan llamar o enviar mensajes en caso de que se vean amenazadas. Actualmente siento un poco de impotencia ya que estoy acostumbrada a realizar mis entrevistas personalmente, a facilitar talleres y conversatorios sobre los derechos de las mujeres a una vida libre de violencia, pero las redes son un gran aliado en cuanto a recabar información confidencial.
Existen muchas cosas que me preocupan y la principal es saber que muchas niñas y mujeres quedaron atrapadas en una espiral de violencia y la otra, es la falla en la electricidad o el internet y sea difícil el acceso a las comunicaciones o que en tiempo real no puedan pedir la ayuda necesaria. Anterior a la cuarentena mi proyecto social y mi trabajo laboral dentro de la escuela y en la comunidad es garantizar ayuda emocional para las mujeres, niñas y jóvenes víctimas de violencia. Llevamos a cabo talleres y conversatorios de sensibilización y formación en materia de maltrato y abuso en todas sus formas.
Yo sigo promoviendo los derechos a una vida libre de violencia, por eso cuento mi historia.