La presencia del coronavirus en cada país es una realidad inminente y se vive diferente por su contexto geográfico, político y social, además cada persona o grupo de personas tienen características particulares que pueden hacerlos más resistentes o vulnerables frente al Coronavirus (COVID-19).
El caso de las personas con discapacidad pueden verse como vulnerables, pues tienen una mayor demanda de asistencia sanitaria que quienes no padecen discapacidad. Las personas con discapacidad experimentan mayor vulnerabilidad a afecciones secundarias, por su comorbilidad que pone en riesgo la esperanza de vida, es preciso aclarar que, pacientes con enfermedades crónicas, discapacidades físicas, visuales, auditivas, cognitivas, motoras y mujeres embarazadas son parte de la comunidad con discapacidad temporal o definitiva según su patología.
Por otra parte, en este momento de mayor difusión de noticias en las grandes cadenas de televisión tanto en Latinoamérica y el resto del mundo se observan escasos expertos en lenguaje de señas, al igual que se evidencian escasas recomendaciones específicas para esta comunidad. Por lo tanto, debemos activarnos en crear los mecanismos y herramientas de apoyo necesarios para las personas con discapacidad con el fin de protegerlas durante la actual pandemia del coronavirus COVID-19, aun cuando muchas de ellas pertenecen al grupo de alto riesgo.
Las medidas de protección sanitaria: clave en sus vidas
Si bien las medidas de protección son un requisito indispensable para protegernos del COVID-19, tanto el distanciamiento social y aislamiento personal, suelen ser casi imposibles de acatar para algunas personas que viven con discapacidad, donde el hecho de limitarlos del contacto familiar significa quedar desprotegidos, así lo afirma en una reciente entrevista la experta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en esta materia Catalina Devandas, quien señala que realizar las medidas de higiene adecuadas forma parte de la integridad física y saludable de cada uno de ellos frente a cualquier forma de abuso o negligencia en las instituciones de salud. Estas personas deben tener la garantía de que su supervivencia es considerada una prioridad.
En ese sentido, debemos tener claro que el apoyo familiar y la solidaridad constante juegan un rol protagónico desde siempre, no obstante, en este momento es esencial. Las personas con discapacidad en la mayoría de los casos no pueden valerse por sí solas durante algunas tareas de la vida diaria, por lo que es necesario ayudarlos a ducharse, lavarse las manos, vestirse, comer e ir al baño.
Ahora bien, en tiempos de Coronavirus donde la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha determinado como una de las medidas más efectivas la distancia de más de un metro y medio entre las personas o usar el tapabocas para evitar que las gotículas puedan entrar por las fosas nasales y contagiar el virus, nos viene constantemente una pregunta.
¿Cómo ayudar a personas con discapacidad en tiempos de COVID-19?
- Extremar las medidas de higiene los familiares o cuidadores que tienen al cargo la atención de personas que viven con discapacidad.
- Lavado de mano antes y después de cambiarlo de posición en donde esté realizando el reposo médico la persona con discapacidad.
- Apoyar a la persona con discapacidad para que tome diariamente un baño.
- No sustituir el baño con limpieza del cuerpo con toallas húmedas.
- Cambiar diariamente la vestimenta de las personas con discapacidad con prendas de vestir limpias. Igual el familiar de apoyo o cuidadadores.
- Cambiar diariamente la ropa de cama o las veces que sea necesario para mantener el aseo de la persona con discapacidad.
Es importante, recordar que en el artículo 25 de la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad reconoce que las personas con discapacidad tienen derecho a gozar del más alto nivel posible de salud sin discriminación.
En ese sentido, los gobiernos tienen la ardua tarea de mejorar la asistencia y servicios médicos de buena calidad y que sean utilizados al servicio de las personas con discapacidad con disponibilidad óptima. Aunque las políticas vigentes requieren de reformas en todos los componentes del sistema social en el que interactúan.
Es urgente, evaluar las políticas vigentes y los servicios actuales, determinar las prioridades para reducir las desigualdades sanitarias, planificar el mejoramiento del acceso y la inclusión. En este contexto, deben hacerse todos estos ajustes necesarios a las políticas vigentes para permitir a las personas con discapacidad reducir el contacto y el riesgo de contaminación.
Por otra parte, debe permitírseles trabajar desde el hogar o recibir licencias con goce de sueldo para garantizar la seguridad de sus ingresos. Sus familiares y cuidadores también pueden necesitar estas medidas para poder brindarles el apoyo requerido durante la crisis.
Todo lo anterior, nos lleva a considerar de suma importancia las campañas de información, difusión de estrategias para prevenir y contener el coronavirus, las cuales deben estar disponibles en lengua de señas, braille, incluida la tecnología digital, donde debe tener una lectura fácil y lenguaje sencillo; que permita a la comunidad con discapacidad integrarse y disfrutar del derecho a la información, definida como el derecho a tener acceso a la información que está en manos de entidades públicas. Al respecto, la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de Sevilla (España) ha dado un paso al frente puesto que ha adaptado una guía informativa sobre el coronavirus para personas con discapacidad, mediante lectura fácil y con numerosas ilustraciones.
Así finalmente, nos queda la idea plasmada que la INFORMACIÓN es parte integrante del derecho fundamental a la libertad de expresión, reconocido por la Resolución 59 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, aprobada en 1946, así como por el Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948.
*Imagen cortesía de FreePik