Toda crisis y conflicto afecta de manera diferenciada a las mujeres, es sorprendente como estas situaciones complejas de diferencias, polarización y confrontación afectan a las mujeres y mucho más, cuando hablamos a gran escala sobre conflictos internos y entre naciones. Lamentablemente, estos afectan e impactan negativamente en la calidad de vida de las personas, de hombres y mujeres, pero si nos ponemos a evaluar a fondo estas situaciones, podemos encontrarnos con altos niveles de violencia en contra de las mujeres.
A la hora de hablar de conflictos armados, existen documentaciones donde se evidencia los altos niveles de violencia sexual contra mujeres y niñas, donde se utiliza hasta como táctica de guerra, según ONU Mujeres.
Al hablar de estas situaciones muchas veces nos ubicamos geográficamente en esos países en conflicto muy lejos de nosotros, como los países africanos por poner algún ejemplo y pensamos que son situaciones muy lejanas a nosotros, pero la verdad es que no, el tema del conflicto armado en Colombia por más de 50 años, nos hizo conocer más de cerca que vivían las mujeres allá y como estas situaciones las afectaban de manera diferenciada, hablamos de explotación sexual, trata de mujeres, desplazamientos forzados, mutilaciones, asesinatos, femicidios y desapariciones.
Estas situaciones han sido documentadas y fueron vivenciadas por mujeres que aun hoy se encuentran con vida y dan fe de sus testimonios. No estamos hablando de la época de la colonia o algo por el estilo, estamos hablando de mediados y finales del siglo pasado y hasta de países que aun hoy se encuentran en conflicto y donde las más afectadas somos nosotras, debido a ese patrón cultural e histórico bajo el que crecimos, las relaciones de poder, el vernos como instrumento de placer y la misoginia de los extremistas.
Y aquí es el punto donde yo rescato la importancia de como mujeres debemos participar en la construcción de paz y resolución de conflictos. Definitivamente siendo una situación que impacta nuestra forma de vivir, que nos quita nuestras libertades y que ha dejado tanto sufrimiento, nosotras tenemos que participar, es necesario que las mujeres podamos empoderarnos y ejercer roles de liderazgo, donde se nos permita participar y promover la cultura de paz en los espacios donde estemos haciendo vida.
Nosotras tenemos que trabajar en la exigencia de derechos de las mujeres y la erradicación de la violencia contra niñas y mujeres, crear espacios de formación donde se promueva la deconstrucción de hombres y mujeres, si, de hombres y mujeres porque el machismo está muy arraigado en la sociedad y nos toca trabajar estas temáticas con todos y todas, también es importante exigir al Estado y a las instituciones, que promuevan espacios inclusivos para que las mujeres también participen en la resolución de conflictos, tanto internos como externos.
Comunidad de Catuche. Imagen cortesía de El País
Las mujeres somos ejemplo de resoluciones de conflictos exitosas, tenemos cualidades intrínsecas como mediadoras, como venezolana siempre rescato la disposición, el valor y la fuerza de la mujer venezolana, para mí, cada vez que hablo de construcción de paz y resolución de conflictos es imposible no mencionar el caso exitoso de Catuche, “Las madres de catuche”. Catuche es el barrio de Caracas, donde las madres lograron poner fin al conflicto y firmar un acuerdo de paz, después de mucho sufrimiento, años de guerra entre pandillas, mujeres viendo como perdían a sus hijos por la violencia que se vivía en las calles, finalmente ellas con la intervención de organizaciones de la sociedad civil, destacando el trabajo de Fe y Alegría, lograron mediar, después de más de 20 años de extrema violencia.
En el 2007, se logra sellar un acuerdo que aun hoy está vigente y donde las protagonistas fueron las madres, cierro con esta historia de éxito y con la reflexión de que tampoco es necesario estar en grandes espacios para ser gestores de paz, es sorprendente lo que podemos hacer desde nuestros pequeños espacios siempre y cuando exista la disposición.