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Migración en el debate político global

La caravana migratoria de centroamérica hacia Estados Unidos,  la crisis migratoria que ha generado la situación política en Venezuela, y las dificultades de la Unión Europea por lograr construir una visión compartida sobre la migración, son tres realidades concretas que sirven de marco para el debate y aprobación del Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular.

Para el Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, el Pacto es un primer intento para gestionar los flujos migratorios de forma integral y a escala internacional.

En concreto,  Guterres[1] presenta el Pacto como el reflejo del “entendimiento común de los Gobiernos de que la migración que cruza fronteras es, por definición, un fenómeno internacional y que para gestionar con efectividad esta realidad global es necesaria la cooperación para ampliar el impacto positivo para todos”.

La ONU aclara que el Pacto no es vinculante jurídicamente, en tal sentido y como lo expuso Miroslav Lajcäv, ex presidente de la Asamblea General ONU, el documento intenta proporcionar una nueva plataforma de cooperación y procura ser un instrumento útil para encontrar el equilibrio entre los derechos de las personas y la soberanía de los Estados.   Según Lajcäv, “el pacto no dicta, no impone y respeta totalmente la soberanía de los Estados”[2].

El anterior presidente de la Asamblea General Miroslav Lajčák destacó, en julio, que el pacto “no incentiva la migración y no trata de impedirla”. El documento “no dicta, no impone y respecta totalmente la soberanía de los Estados”, puede proporcionar “una nueva plataforma de cooperación” y es un recurso para “encontrar el equilibrio entre los derechos de las personas y la soberanía de los Estados”.

El 10 de diciembre día internacional de los Derechos Humanos y según lo destacan distintos medios de comunicación, más de 150 países lograron aprobar por aclamación el Pacto en la Conferencia Intergubernamental de la ONU convocada a tal fin en la ciudad marroquí de Marrakech.

Estados Unidos, Austria, Chile, Hungría, Polonia, Estonia, Bulgaria, República Checa, Israel, Australia y República Dominicana son los países que no han adoptado el Pacto Mundial, algunos de ellos argumentan que hay incompatibilidad con su soberanía y otros que podría tener un efecto de incitación de la inmigración ilegal.   Por su parte Brasil anunció que se retirará del Pacto a partir de enero, cuando asuma el nuevo Presidente electo[3].

En la Conferencia Intergubernamental asistieron quince jefes de Estado, ocho primeros ministros y numerosos cancilleres.  Guterres en sus palabras iniciales recordó que aquellos países que no adoptaron el instrumento, que por demás no es vinculante, están en libertad de adherirse al mismo cuando así lo consideren oportuno[4].

Reiteró además en las palabras de apertura de la Conferencia Intergubernamental que el texto garantiza el derecho soberano de los Estados a determinar sus propias políticas de migración y su prerrogativa para gobernar la migración dentro de su jurisdicción, en conformidad con el derecho internacional.

Maria Fernanda Espinoza, Presidenta de la Conferencia Intergubernamental de la ONU precisó que el Pacto le da un rostro humano a la emigración y recordó que ningún País por más poderoso que sea, podrá abordar el reto migratorio solo.

El contenido del  Pacto aprobado, presenta unos 23 grandes objetivos, con metas, unas genéricas, otras más concretas, pero todas ellas representan compromisos de los Estados para abordar la migración a través de sus políticas nacionales.  Por ejemplo, se plantea la cooperación para abordar las causas que motivan la migración o mejorar las vías de migración legal, así como también, evitar la separación de familias y garantizar un regreso seguro y digno, entre otros compromisos.

Según las Naciones Unidas, en el 2017 hay 258 millones de migrantes, cifra que demuestra un incremento importante desde el año 2000, cuando se registraron 173 millones de migrantes. Sin embargo, la proporción de migrantes internacionales entre la población mundial es solo ligeramente superior a la registrada en las últimas décadas: un 3,4% en 2017, en comparación con el 2,8% de 2000 y el 2,3% de 1980.

El 19 de septiembre 2016, se realizó la primera Cumbre sobre los desplazamientos de migrantes y refugiados, en la cual se asumieron una serie de compromisos a través de la Declaración de Nueva York sobre Refugiados y Migrantes, que representó el primer paso para llegar en el 2018 a concretar este Pacto Mundial sobre la Migración, Segura, Ordenada y Regular.

La ONU en su agenda internacional, a partir del año 2000, declaró el 18 de diciembre como el Día Internacional de la Migración,  que claramente procura lograr una mayor conciencia sobre algo tan sensible como es el derecho a la movilidad del ser humano, reivindicando la importancia que éste pueda ejercerse en cualquier ámbito y lugar, grantizando siempre, la dignidad de quienes deciden abandonar sus lugares de origen, independientemente de las razones que den lugar a esa situación.

El Pacto aprobado presenta la migración como un hecho que “genera prosperidad, innovación y desarrollo sostenible en nuestro mundo globalizado”[5].   El gran desafio es como superar los miedos y los temores que acompañan a la figura de la migración, pero también, cómo identificar el abuso y la manipulación de estos temas en la agenda política global.

 

[1]ONU. Pacto Mundial sobre Migración. 5 de diciembre 2018. Recuperado online en: https://news.un.org/es/story/2018/12/1447231

[2] Idem.

[3]BBC.  Por qué Chile y República Dominicana rechazaron el Pacto de Migración de la ONU. 11 de diciembre 2018.  Recuperado online en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-46524358

[4]DW.COM.  Pacto migratorio de la ONU aprobado por más de 150 países. 10 de diciembre 2018.  Recuperado online en: https://www.dw.com/es/pacto-migratorio-de-la-onu-aprobado-por-m%C3%A1s-de-150-pa%C3%ADses/a-46662648

[5] Idem.

Carlos Romero

Carlos Romero

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