María Teresa Piñero, docente universitaria.
El trabajo que ha realizado la profesora María Teresa Piñero durante 15 años en el ámbito de protección y defensa de la infancia y la adolescencia la movió a aprender sobre derechos humanos para ser más que una consejera. Eso le ha permitido emprender su labor como una activista en favor de los derechos de niñas, niños y adolescentes.
Una vez jubilada fundó la Asociación Civil Centro de Educación Integral Gurrufío, en Portuguesa, donde se realizan convenios con organizaciones y universidades para dictar talleres, cursos o diplomados dirigidos a docentes, abogados u otros profesionales interesados en materia de la LOPNNA, temas de familia y cultura de paz. Piñero desarrolló interés en ser activista porque notó que muchos de sus colegas docentes desconocen qué son los DDHH, cómo exigirlos y los mecanismos de protección. “Los derechos humanos guardan estrecha relación con la educación porque por medio de ellos los docentes priorizamos la promoción y protección al pleno desarrollo individual de los niños, niñas y adolescentes, incluso de sus familiares, dando merecido reconocimiento al proceso de enseñanza, asegurando el respeto hacia los demás, facilitando la interrelación entre la tríada familia, escuela, comunidad”.
Su preocupación la llevó a proponer una línea de investigación en DDHH en la extensión académica de UPEL Acarigua. “Me tomaron la idea, ahora es cuestión de buscar aliados para cristalizarla en medio de la crisis universitaria. En este tiempo he tenido oportunidad de ser ponente y difundir este tema dentro de la universidad, al mismo tiempo que realicé varias investigaciones sobre DDHH en el contexto escolar y diseñé un sistema de alerta temprana para la detección y prevención de conflictos sociales para ser aplicado en el Consejo de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes del municipio Páez como herramienta de apoyo en el trabajo diario y que ayude a minimizar los índices de transgresión de derechos a esta población infantil y juvenil”.
En el año 2016, la profesora Piñero se incorporó a la Agenda Urgente Venezuela, iniciativa de la UCAB, Provea y Cepaz. A partir de allí inició su contacto con Redac, experiencia que la ayudó a sustentar su proyecto de investigación de maestría y plantear la creación de la línea de investigación en la UPEL.
“El trabajo en redes es un camino para buscar salidas al conflicto socioeconómico, educativo, cultural que afecta notablemente al venezolano en todos los niveles y ámbitos, incluyo hasta de transformación de valores de convivencia como ciudadanos, derechos como la salud, calidad de vida adecuada, alimentación, educación, entre otros. Unidos podemos apoyarnos, diseñar estrategias y crear alianzas en beneficio del colectivo”.
Considera que hay que inyectarle más esfuerzos a la labor emprendida por la sociedad civil: “Derecho que no se exige, derecho que se pierde. Por eso es un requerimiento obligatorio que la sociedad civil se incorpore a estos movimientos de derechos humanos para que de nuestro mismo seno surjan propuestas que subsanen situaciones específicas con sentido de responsabilidad y compromiso. Es importante dar reconocimiento a los activistas que, a pesar de las adversidades y el clima de intolerancia, siguen en pie de lucha cuando muchas personas han perdido las esperanzas”.