Cuando acudimos a la ley podemos ver claramente dónde recae la responsabilidad en proveer servicios de primera para el ciudadano. En estos últimos 20 años hemos visto como se vulneran nuestros derechos y ésto repercute en el acceso a estos servicios públicos: explosiones, carencias, costos descontrolados de los mismos, ante la pasividad de funcionarios públicos que perdieron el norte de sus cargos, así como olvidaron la ley y su trabajo, hoy entre miles de sucesos que hasta en muerte han desatado por el simple hecho de exigir, calidad de servicios en nuestra entidad, y en el resto del país. Venezuela, el país de las mayores reservas petroleras y gasíferas hoy en emergencia, de la cual no se escapa ni un solo ciudadano padecer por los servicios públicos se ha impuesto a toda costa como emergencia humanitaria, en esta ocasión el servicio de gas doméstico, el cual toda una vida fue llevado a cada suscriptor a las puertas de su casa, manipulado por seguridad por empleados de la empresa, que devengaban un sueldo de dichas empresas privadas, encargadas de entregar el producto llámese bombona de gas, e inclusive el llenado de bombas en edificios.
Pues señores el ciudadano se ve limitado en su acceso a este servicio, por parte del estado a su vez, pues ningún empleado público de ninguna escala; llámese diputado, concejal, defensoría del pueblo fiscal superior de derechos fundamentales, se ha tomado la molestia de indagar, o iniciar una investigación minuciosa sobre las violación de sus derechos humanos, y ciudadanos cada vez que la venta y distribución de este servicio se transfigura en la más descarada, fraudulenta venta engañosa que sufre día a día cada ciudadano, que lo haría de la manera más común cualquier ciudadano en cualquier parte del mundo, pagar por gas doméstico y recibir gas doméstico algo tan sencillo se ha convertido en un martirio, un calvario así no más.
Les traigo la historia de Orlando, un ciudadano paciente crónico, según informe médico. Este, acudió con una bombona pequeña, al depósito de gas ubicado más abajo de Makro, donde luego de horas de espera en la fila de personas con récipes médicos, donde presuntamente deben tener consideración por su condición, para obtener el gas doméstico, además para sopesar como se viola los derechos humanos, obligando a ciudadanos pacientes enfermos acudir a tan tamaña humillación, y no solamente esta situación inhumana a la que somos sometidos en nuestro país, para colmo de males la vagancia, la falta de ciudadanía y de valores, ha promovido la presencia y acción de delincuentes, que se mezclan en estas colas y hasta logran sacar conversación con los usuarios, y justo cuando se inicia la atención al público, buscan crear caos, mientras hurtan las bombonas de las personas más indefensas, personas de la tercera edad, ciudadanos pacientes vulnerables, sin que haya presencia alguna de cuerpo policial, ni acción preventiva por parte de la empresa; tal cual la persona que se ubicó a su lado le intentó robar su bombona de gas, y digo intentó porque nuestro denunciante tuvo que manifestar de todas las formas posibles que esa era su bombona ante la guardia nacional; que apareció para presuntamente poner orden y retener el bien del ciudadano denunciante, recibiendo la excusa que ellos definirían de quien era la bombona de gas nuevamente violando sus derechos, pues a todas luces debieron en tal caso acudir al ministerio publico encargado de levantar actas y solicitar cualquier apertura de investigación. Tristemente esta es la realidad, ¿dónde quedan los valores, los deberes y ni que decir de los derechos? recordar, que hoy es él, mañana cualquier otro. Debemos hacer públicas las denuncias de violaciones a nuestros derechos para que no se vuelvan costumbre.
La explotación de los hidrocarburos: es bien clara en su art.12. “Los yacimientos mineros y de hidrocarburos, cualquiera que sea su naturaleza, existentes en el territorio nacional, bajo el lecho del mar territorial, en la zona económica exclusiva y en la plataforma continental, pertenecen a la República, son bienes del dominio público y, por tanto, inalienables e imprescriptibles. Las costas marinas son bienes del dominio público.”
La extracción de los hidrocarburos no gaseosos, se encuentra regida por esta Ley, la cual establece los puntos donde la República venezolana tiene el poder de los yacimientos petrolíferos en la plataforma continental y el mar territorial, pertenecientes al dominio público, es decir, imprescriptibles e inalienables, esta se encarga de regular todo el proceso de transformación de los hidrocarburos dentro del país, así como de generar la política necesaria para el cuidado del medio ambiente, estableciendo los límites, el derecho de ejercicio y las obligaciones correspondientes a la empresa extractora de hidrocarburos.
En el lecho marino, perteneciente a la Nación, cualquier yacimiento de petróleo que se encuentre, será explotado de acuerdo a lo decretado en la presente Ley, esta extracción se hará moderadamente, para evitar accidentes que perjudiquen la vida animal y la vida humana, contemplado en esta ley, los riesgos corren por parte de la empresa explotadora, aunque el Estado no exija un saneamiento total del área, se hace enfoque en las actividades para la no contaminación de las áreas verdes aledañas, teniendo como principio la protección de los venezolanos a un país libre de contaminación.“
Nos quedan estas interrogantes; amigos lectores que alguien deberá contestar:
1.-¿Por qué el gas es negocio para unos y tortura para otros?
2.- ¿Quién controla los negocios del gas?
3.-¿Por qué las bombonas ahora llevan agua y son más pesadas, pero duran menos tiempo?
¿HASTA CUANDO SEGUIREMOS VIENDO GALOPAR LA CORRUPCIÓN…DONDE QUEDAN NUESTROS DERECHOS?
