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¿Denunciar o no denunciar? He ahí el dilema

En la era de lo moderno, la tecnología y redes sociales, es muy fácil hoy en día estar al tanto de lo que pueda estar pasando inclusive al otro lado del mundo. Vídeos, fotos y audios que se expanden y vuelan como el viento por cada dispositivo conectado a internet, esto, claro está, ha servido para que las organizaciones a nivel mundial puedan atender casos y llevarlos a los entes pertinentes para la solución de los mismos.

 Aun así, en Venezuela en pleno siglo XXI , en pleno apogeo de la era digital, solo el 45% de la ciudadanía tiene acceso al internet y a una información veraz y verificada, todos sabemos las diferentes calamidades por lo que muchos de nuestros hermanos venezolanos pasan, a diario vemos como nuestros Derechos Humanos más fundamentales para una vida digna son violados y pisoteados, falta de electricidad constante, falta de agua por meses, precios exuberantes en productos alimenticios y de aseo personal que dificulta que la ciudadanía venezolana que vive de un salario mínimo (unos 5$) tenga poder adquisitivo, falta de gas doméstico, delincuencia e inseguridad y muchos más ejemplos que todos sabemos y que no son nuevos… llevamos años así. Pese a ello, entre 2016 y 2018 las denuncias venezolanas dentro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) no pasaban de un pequeño número en compraración a las violaciones a los Derechos Humanos…

¿Que pasa? He ahí el dilema.

Muchos tenemos miedo, muchos decimos “¿Para que denunciar si no va a darse cambio alguno?” O “¿Para qué denunciar? Si ahí está la evidencia, hay vídeos, fotos, no necesito meterme en ese problema.” Pero no hay nada más alejado de la realidad que eso, los organismo de denuncia internacional no solo toman evidencias de videos y fotos que circulan por las redes sociales ¿Porque? Fácil, el internet es maravilloso, pero muy mentiroso a veces.

¿Denunciar o no denunciar? Claramente denunciar, quizás no tengamos un arreglo sumamente inmediato, quizás no tengamos un arreglo para nada, pero al menos hemos de poder hacer algo, no todo está perdido. Cada denuncia es una gota de agua en contra de una fuerte y gigante roca, por si sola la gota de agua no le hace ningún tipo de daño, pero si la gota se mantiene firme y sigue, eventualmente la roca se romperá y caerá.

No esperemos que las soluciones vengan a nosotros, seamos nosotros los que traigamos las soluciones, no necesitamos líderes, caudillos ni mucho menos ideologías políticas para ser parte del cambio, para ser esa gota constante que termina venciendo la gigantesca roca.

Te invito querido lector, que por favor, denuncies toda violación de Derechos Humanos, no estamos solos en esta lucha, hay organizaciones que felizmente pueden ayudarte gratuitamente, entre ellas esta misma, REDAC y CEPAZ te dan el espacio y la oportunidad de ser parte del ejercito de gotas de agua… así que el dilema no es ¿Denunciar o no denunciar? Sino más bien ¿Ser o no ser la gota?

Imagen: Cortesía

Carlos Infante

Carlos Infante

Abogado, activista, defensor de los Derechos Humanos, analista político, analista jurídico, coautor académico.

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