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Alerta en el estado Bolívar por constantes desapariciones de mujeres

Por: Karla Ávila Morillo / @LaTuristaKAM

Familiares de la joven Dairelys Estefanía Díaz Terán de 17 años de edad denunciaron que desapareció el pasado 19 de marzo de 2021, cuando salió de su casa y luego no regresó, según testigos, la chica fue montada a la fuerza por desconocidos en un carro sin saber el rumbo o paradero.

A través de una minuta policial se dio a conocer que Díaz fue contactada a través de Facebook por una persona identificada en esa red social como Jhonny Broker, quien supuestamente era trinitario e invitó a la adolescente a viajar hasta Trinidad y Tobago, pero ésta le manifestó que no tenía dinero para ir, por lo cual el desconocido le ofreció darle dinero para el traslado pero además debía llevar a otras jovencitas junto a ella, al suscitarse este hecho, Dairelys le manifestó a su hermana y una amiga que no iría a ningún lado pero el viernes cuando salió de su casa no volvió, por lo que se generó la alerta en la familia e hicieron la denuncia.

Al revisar el Facebook, se dan cuenta de que en uno de los mensajes de Broker, le indicaba que si se decidía a ir, pasarían a buscarla en un carro de color vinotinto para llevarla hasta Tucupita, en el estado Delta Amacuro, lo que sería una ruta de 141 kilómetros, equivalente a dos horas y media en auto aproximadamente.

Un familiar de Dairelys fue más allá y contactó al supuesto trinitario a través de la red social pero desde el usuario de la víctima para preguntar el paradero de la joven, a lo que Broker respondió que la chica les iba a contactar el sábado.

Cerca del mediodía de este domingo 21 de marzo fue rescatada en Delta Amacuro la joven Dairelys Díaz, según información suministrada por defensoras de derechos humanos del estado Bolívar que estaban alertas ante la grave situación ya que se presumía que iba a ser llevada por los caños hasta salir hacia Trinidad.

Hay que recordar que no es la primera vez que sucede este tipo de situaciones, el captar adolescentes y jóvenes es ya una práctica usual en Venezuela, no solamente en redes sociales sino también a través de otras formas, cabe destacar que no son hechos casuales, en estos delitos precede un estudio de cada persona, la víctima es estudiada y vigilada por un tiempo que no siempre es corto, de ese modo pueden saber sobre los gustos personales, lo sitios que frecuenta, muchas veces hasta el lugar donde vive la víctima.

A los depredadores sexuales y delincuentes no los mueve el amor, a estas personas lo que las mueve es comprar relaciones sexuales, movidos por la pretensión de consumarlas sin responsabilidad o entrega emocional que equivalga a un compromiso.

Países como Venezuela, que atraviesa una Crisis Humanitaria Compleja, sumado a un espinoso panorama político, social y económico, además vive una contingencia y confinamiento producto de la pandemia por Covid19, son el sitio ideal para que muchas mujeres que sufren limitaciones económicas que les impiden mantenerse a sí mismas, busquen desesperadamente huir de estos problemas y al tener la imposibilidad de migrar formalmente, se vuelven vulnerables ante falsas promesas de una vida digna en otros países o en otras regiones del mismo país, como ha sucedido con algunas que han sido llevadas engañadas a zonas mineras bajo la proposición de riquezas rápidas y fáciles.

Es por ello que expertos en seguridad en línea recomiendan que se supervise la actividad digital de los adolescentes en internet y sus dispositivos electrónicos, de hecho, muchas redes piden que la persona sea mayor de 18 años, lo que puede ser fácilmente burlado por cualquier joven que desee crear un su usuario en las redes sociales.

Lamentablemente la falta de sensación de riesgo y el dominio tecnológico de los más jóvenes, quienes son nativos digitales, hace muy posible que los chicos le den un uso inadecuado a sus redes sociales, de ahí la importancia que las familias revisen las publicaciones de sus hijos.

En cuanto a los delitos que se están viendo con frecuencia en Venezuela, en lo relacionado al tráfico de mujeres, niñas y niños para su explotación sexual, esto viene a ser un comercio fuertemente lucrativo, lo que beneficia a criminales organizados que se dedican a captar personas, con la particularidad de tener escasos riesgos para quienes se dedican a este flagelo, por la trama de corrupción que generalmente incluye a algunos funcionarios como parte de la estructura delincuencial, en cambio, para mujeres, niñas, niños y adolescentes explotados bajo condiciones de esclavitud sexual es un sufrimiento que acaba con sus vidas.

Tal y como lo explica Alison Phinney en el documento sobre tráfico de mujeres y niñas/os para la explotación sexual en las Américas. el triángulo del tráfico señala a tres aristas que en conjunto conforman un círculo vicioso que se alimenta de “la impunidad: leyes insuficientes o inadecuadas, fiscalización deficiente, sanciones ineficaces, corrupción, complacencia e invisibilidad del tema; por otra parte la oferta: pobreza, discriminación contra la mujer, desempleo femenino, violencia basada en género, sueño de una vida mejor, políticas de inmigración restrictivas, falta de información sobre los riesgos de la inmigración; y finalmente la demanda: concepto social de la sexualidad Masculina “Hombres son hombres”, noción de que las prostitutas no pueden negarse, y conversión del cuerpo de la mujer en objeto”.

Siempre será momento adecuado para romper el tabú de hablar sobre estos temas en familia, en el seno del hogar, con el claro objetivo preventivo de que niñas, niños, adolescentes, jóvenes y mujeres no sean presa fácil de la delincuencia organizada que opera casi invisible ante la mirada complaciente de personas de poder.

Karla Ávila Morillo

Karla Ávila Morillo

Periodista, locutora, activista ciudadana, directora de Fundación Lucelia

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