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Ricardo Lorenzo: siempre, el vaso medio lleno

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La llegada del coronavirus alteró la dinámica de todos. De un día para otro, la cotidianidad cambió por completo, la normalidad desapareció y todo aquello que dábamos por sentado, comenzó a tambalearse; entramos a una nueva normalidad, a una nueva forma de vivir y de convivir con otros.

Hubo muchas dudas al principio, incertidumbre, porque, aunque decían que era por corto tiempo, la verdad fue que el tiempo se siguió alargando, estirando y lo que se suponía, iba a ser momentáneo, se volvió cotidiano: estar en casa todo el día, todos los días. Ya no era quedarse en casa por gusto o placer, era por necesidad, por conservar tú salud, la de los tuyos y la de otros.

Estar en casa, significaba cambiar, sí o sí; no había de otra. Porque no se podía enfrentar el día a día, como lo veníamos haciendo. El cambio trae miedo, y el miedo parálisis. En esa encrucijada, seguí lo que siempre he hecho, adaptarme. Ver el vaso medio lleno, en lugar de medio vacío. Es popular y certera la frase que dice: “En las crisis están las oportunidades”, y la pandemia por el Covid-19, lo era y lo sigue siendo. Y como crisis al fin, decidí aplicar lo que un viejo amigo me enseñó alguna vez: “cuando llegan las crisis, o vendes pañuelos, o lloras. Tú decides” Yo decidí vender pañuelos.  

Con esta filosofía enfrenté el cambiar el aula de clases en la UCAB por video conferencias a través de Zoom y foro chats en WhatsApp. Esto significó reajustar toda la estructura montada para las clases presenciales, para hacerlas virtuales. Fue un gran reto transformar el contenido para convertirlo en material asincrónico y que, al mismo tiempo, fuera atractivo para los alumnos, quienes, como sus profesores, estaban en el mismo proceso, aprendiendo a diario. Ese cambio “obligado” por las circunstancias, hoy, aun estando en la virtualidad y a la distancia, no solo ha cambiado mi forma de dar clases, de ser profesor, sino que ha cambiado, y bastante, la forma de transmitir el contenido. Las clases magistrales y láminas sencillas de Power Point, ahora son Podcast, Infografías, Videos Tutoriales o Clases Grabadas, que los estudiantes pueden ver desde sus casas, en el momento que gusten y a la hora que lo deseen. Ya no estamos atados a una hora específica y a un salón de clases; ahora las clases están disponibles para los estudiantes 24/7 y he aumentado mis competencias al aprender a diseñar, diagramar y editar materiales gráficos y audiovisuales.

Así como tuve que cambiar como profesor universitario, también tuve que hacerlo como productor audiovisual, una de las áreas más golpeadas cuando arrancó la pandemia. Justo cuando inició todo, estábamos en medio de preproducciones de algunas campañas, algunas no siguieron, y las que sí, tuvimos que replantearlas. Hacer un audiovisual, implicaba, porque ya hablo en pasado, la presencialidad absoluta de la mayoría de los miembros del equipo, un año después, puedo decir, que hago producciones audiovisuales desde mi casa, sin poner un pie en el set de grabación. ¿Cómo? Usando la tecnología, aprovechándola. Y, cuando me ha tocado volver al set, porque ha sido necesario, lo hemos hecho aplicando todas las normas de Bioseguridad. Estas normas, han supuesto una incorporación a los procesos de producción audiovisual, que antes no estaban, y a las cuales, todos, nos hemos tenido que adaptar.

Todo ha sido un cambio constante. Un día a día de transformación en todos los sentidos.

La pandemia del covid-19, en lo personal, ha sido muy positiva, profesionalmente hablando, no solo por lo comentado arriba, sino también porque me ha permitido llegar a otros espacios de influencia y de aprendizaje que antes no tenía. Como profesor y productor audiovisual, he podido unir ambas áreas para enseñar a otros a hacer audiovisuales con propósito, especialmente en el área de DDHH. Siendo parte, también, del proyecto Fábrica de Cine, en mi calidad de Tutor de los jóvenes, he podido llevar adelante, en conjunto con todo el equipo que trabaja en el proyecto, la realización de cortos documentales que visibilizan la situación de los DDHH en el país y, sobre todo, educan en su plena vigencia. Esto ha permitido, a su vez, generar espacios como los Cineforos de la AlianzaEDH, donde, a través de películas, conversamos en cómo el cine es un vehículo maravilloso para enseñar sobre DDHH, porque permite que las audiencias puedan comprender de forma mucho más cercana y simple, el amplio y, para muchos, complejo mundo del activismo y defensoría de los DDHH. Área, en la cual aún me sigo formado y aprendiendo a diario.  

A poco más de un año del cambio de vida, y teniendo claro que, una vez que acabe la pandemia, vamos a entrar a una nueva normalidad, sigo cambiando y aprendiendo. Todos los días trato de aprender cómo mejorar cada área de mi vida personal y de mis trabajos, y eso conlleva un esfuerzo grande. Pero, enfocado en que sí hay posibilidades, sacando de mi mente, el no puedo, es que he logrado esto que hoy les cuento. Comprendo, especialmente en estos tiempos, que veamos todo oscuro o sin posibilidad alguna, pero la verdad es que sí hay, sí existen alternativas. La cuestión está en observar bien lo que nos rodea y no dejarse avasallar por las circunstancias de momento, porque todo pasa. Hay que pensar con calma y aplicar la resiliencia. Ver, dentro de lo malo, lo bueno. Ver el vaso medio lleno y nunca, medio vacío.

Ricardo Lorenzo

Ricardo Lorenzo

Karla Ávila Morillo, perteneciente a REDAC, me invitó a participar y ser parte. Mi intención es poder seguir formándome para enseñar y poder llevar el conocimiento en DDHH a otras áreas de influencia. Por otro lado, soy Licenciado en Letras de la UCV, Guionista, Director de Producción Audiovisual. Profesor de la Cátedra Fundamentos de Guion en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) Profesor de Producción General, Producción Ejecutiva y Asistencia de Dirección en la Escuela de Cine y Televisión (ESCINETV); Facilitador de Guion, Producción, Realización Cinematográfica y Coordinación General de la Producción en Fábrica de Cine (GRAN CINE) programa de responsabilidad social, enfocado en la enseñanza de la cinematografía y los DDHH. Miembro Numerario de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Venezuela (ACACV) Nº 60N. Director Audiovisual de las campañas #NoesNormal y #LosQueNoDebieronMorir de CONVITE A.C. Coordinador de los Cine Foros de la Alianza en Educación para Derechos Humanos (AlianzaEDH) Productor General y Guionista de la película venezolana más vista del 2015, Hasta Que la Muerte Nos Separe, dirigida por Abraham Pulido. Con más de 15 años de experiencia en la producción de comerciales de TV y otras plataformas para marcas nacionales e internacionales, como también de Cortometrajes, Videos Corporativos, Documentales, Cortos Documentales y Video Clips.

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