Sin tiempo ni deseos de aburrirme. Así transcurre mi vida en esta cuarentena a causa del Covid-19.
Entre una cosa y otra siento que le faltan horas al día. Pues debo aprovechar al máximo cada minuto para rendir todas mis actividades.
El servicio de energía eléctrica está fallando con más frecuencia y esto implica graduarte hasta de adivino a la hora de planificar.
Mis funciones diarias como coordinadora regional de Transparencia Venezuela- Barinas, demanda mantener activos cada uno de los proyectos, reinventándonos cada momento para seguir impulsando el trabajo de la Coalición Anticorrupción, un movimiento de la sociedad civil con presencia en 15 estados y la participación de casi 600 organizaciones. De igual manera, el proyecto de Gobierno Abierto cada una de sus áreas de acción; Observatorio de Misiones, Campus Transparencia, Espaja.com, Gobiernos locales y el Parlamento Nacional.
A la par de esto, mi trabajo como periodista en la Asociación de Productores Rurales del estado Barinas, (ASOBARINAS), un sector con presencia en toda la región y una misión emblemática que llevan tatuada en la piel.
Mi desempeño como docente en la Universidad Santa María, prácticamente un apostolado de vida. Me duele ver que le generación de relevo decida como opción marcharse del país. Siempre les recuerdo, “ustedes pueden lograr grandes cosas en Venezuela”.
Recientemente, colaborando con el portal de noticias Que pasa en Venezuela, un grupo de periodistas que nos hemos sumado en apoyar este proyecto, aún por cristalizar, pero que se ha convertido en una manera de vencer la opacidad en la información.
De qué otra manera ocupo mi tiempo libre, me gusta leer, varios libros están en la lista de los pendientes. Repaso mis clases de francés, pues desde hace tres años asisto todos los sábados a la Alianza Francesa. Me gustan los idiomas y ese espectro de conocimientos que se abre ante tus ojos. Y no podía faltar obviamente, el hacer deportes, soltar el cuerpo, mantener altas las defensas.
Conectarme con la naturaleza, seguir observando a mis mascotas y sus ocurrencias. Escuchar las largas y amenas conversaciones con mis padres, tantas historias y cuentos por conocer. Charlar y bromear todos los días, en la distancia, con mis tres hermanos, Mahatma Gandhi, Yves Sanjai y Carlos Abel, hoy en Argentina.
No tengo tiempo de aburrirme, repito, le faltan horas al día.
