Por Oxalida Alejos (Ella)
Cuando ingreso al Ministerio de Educación en 1977, solo me dediqué a mi trabajo en la cancha, ya que soy profesora de educación física. Sin embargo, en 1988, me trasladaron a otro plantel, más cerca de mi residencia. Allí, ocurrió algo en lo que yo hasta ese momento no había vivido, y es que apenas tenía dos meses en la escuela cuando se inicia una protesta por falta de pupitres. La persona que lideraba esa protesta por supuesto me invito a participar y lo hice. A partir de allí, despertó en mí esos deseos de luchar por lograr el bienestar de los alumnos y docentes de mi institución. Siete años después, el profesor que lideró aquella protesta por los pupitres, se convierte en candidato a presidir el Colegio de Profesores de Venezuela Seccional Yaracuy, me invita a participar en su plancha y acepté. Ganamos y de ahí en adelante comenzó mi trabajo y mis ganas de luchar y defender a mi gremio. Hasta el 2010, que me desincorporo de la escuela, me dediqué a asesorar y orientar sindicalmente a mis colegas educadores (con la ayuda del profesor) cuando éstos veían vulnerados sus derechos contractuales y laborales.
Una vez jubilada, me dije a mi misma que debería formarme o buscar más información que me diera herramientas y mayor conocimiento sobre tema laboral para seguir ayudando a mis colegas a enfrentarse a un régimen que ya venía dando muestras de irrespeto a la carrera docente en primer lugar y luego a cláusulas contractuales que ya eran beneficios adquiridos y que el patrón comenzaba a vulnerar. Es así como en 2012 inicio mi carrera de Derecho en la Universidad Fermín Toro, en la ciudad de Barquisimeto, egresando como Abogado en 2017. Y a partir de ahí me he dedicado a trabajar para hacer respetar los derechos humanos laborales de mis colegas y también del personal administrativo y obrero que lo solicite.
Específicamente mi activismo consiste en asesorar y representar a trabajadores de la educación en mi estado (que lo soliciten por supuesto) que le hayan vulnerado sus derechos humanos laborales tales como:
Retención indebida de su salario, prohibición de entrar a sus centros de trabajo a realizar sus labores diarias, negación por parte del patrono a procesar los reposos médicos de algunos trabajadores, acoso laboral, violación del Fuero Paternal y Maternal, prohibición a los trabajadores de solicitar y recibir asesoría de sus sindicatos, entre otras.
Todas estas violaciones fueron consecuencia de haber participado en los diferentes actos de protestas de los últimos 7 años, donde se exigían beneficios para personal docente, mejoras para la Infraestructura escolar, dotación, condiciones de higiene y seguridad en los centros de trabajo, entre otras más. Es importante acotar que todas estas violaciones traen consigo otras violaciones como: el derecho a la alimentación, el derecho a la salud, el derecho al trabajo y a la libertad sindical, etc.
Para concluir, informo que desde 2018 hasta el 2021 se detectaron unos 600 casos de docentes con retención indebida de salarios, pero no todos se atrevieron a denunciar y a enfrentar la vulneración de su derecho por temor a más hostigamientos y represalias en su contra. Y aunque solo atendimos aproximadamente un 20% de estos trabajadores puedo decir que todos fueron resueltos favorablemente. Pero todavía queda mucho que hacer, porque estas violaciones no han cesado y mi persona junto con otro colega abogado y activista por los derechos humanos y del cual también he aprendido muchísimo, más la representación sindical de mi estado, seguimos al frente con la denuncia, la documentación y difusión de todas estas violaciones y por supuesto, resolviendo hasta donde nos lo permiten.