Definitivamente toda crisis y problemática afecta de manera diferenciada a las niñas y mujeres jóvenes y la pobreza lamentablemente no se escapa de esta realidad, la precariedad y la pobreza tristemente tienen cara de mujer y esto es un problema estructural y complejo que se le puede atribuir a múltiples factores, Según la Organización de Naciones Unidas (ONU) el 70% de las personas pobres en el mundo son mujeres, estas son cifras reales y alarmantes, porque nos llevan a evidenciar una realidad tan dura como que las mujeres por múltiples razones no nos podemos desarrollar plenamente en el ámbito económico, lo que evidentemente no permite que nosotras superemos los índices de pobreza y precariedad.
Al comentar que son múltiples las razones que propician este fenómeno que se le conoce como “feminización de la pobreza”, podemos iniciar por lo difícil y complejo que es el desenvolvimiento de las mujeres en las esferas de la vida pública, de igual manera todos esos prejuicios y condicionamientos sociales, todas esas barreras estructurales que hacen más cuesta arriba el progreso de la mujer en este ámbito, iniciamos con una estructura social y cultural que a la mujer la limito al trabajo de hogar y cuidado de los hijos mientras que a los hombres siempre los relacionaron con la estructura de poder y control, ligados al trabajo y al sustento del hogar, pasamos por una estructura educativa que tampoco está enfocada en la mayoría de los países en empoderar a niñas y mujeres jóvenes, para terminar con barreras subjetivas y otras más tangibles para que las mujeres puedan desarrollarse y ser exitosas en el ámbito económico.
Entre las barreras subjetivas que limitan a las mujeres en los espacios empresariales podemos encontrar los techos de cristal que es aquel limite subjetivo a nivel social que tenemos las mujeres para poder ascender en espacios de poder dentro de estructuras empresariales, esto sucede mucho porque a la hora de dar un ascenso el gerente o la dirección ejecutiva de la empresa evalúa mucho la capacidad de la mujer poder desempeñar un puesto de más alto nivel debido a que esta tiene que llevar el hogar también, tiene hijos que cuidar, se plantean también que la mujer es más emocional a la hora de tomar decisiones, definitivamente aquí se deja la meritocracia de un lado, ya que la mujer puede tener todos los méritos pero al tener tantas otras responsabilidades como llevar un hogar, muchas veces los directivos de la empresa ni consultan si quiere el cargo, simplemente la dejan de lado y prefieren dar el puesto a alguien con menos complicaciones.
Otro factor muy común, es el tan nombrado Suelo Pegajoso. Yo soy de las que siempre dice que el techo es el tope que te pone la sociedad y el suelo es el que nos ponemos nosotras para avanzar, el suelo pegajoso está ligado a nuestra decisión personal sobre en qué nos vamos a desarrollar, la carrera que vamos a estudiar, nosotras mismas condicionamos muchas veces como vamos a avanzar priorizando el ser madre o ser esposa frente al ser mujer y ser exitosa, muchas veces no aceptamos que podemos ser las dos y nos ponemos una barrera llena de prejuicios con los que hemos crecido que nos limitan, decidimos desarrollarnos en ámbitos ligados a los cuidados como la enfermería, el ser docentes, y limitamos evidentemente nuestro avance en otras, pero este fenómeno se da ya que estamos muy influenciados por cómo hemos crecido, en los techos de cristal vemos como esto influye en la sociedad y en los suelos pegajosos como nos impacta a nosotras.
Y para finalizar en algunos factores, tenemos un poco más tangible lo que es la brecha salarial de género, ese fenómeno donde porcentualmente a nosotras las mujeres se nos paga menos por hacer el mismo trabajo de los hombres, según ONU Mujeres “En todo el mundo, las mujeres apenas ganan 77 centavos por cada dólar que gana un hombre. Esto provoca una desigualdad de ingresos entre mujeres y hombres de por vida y hace que más mujeres sean abocadas a la pobreza”
De manera muy sencilla esto nos sirve para conocer un poco la razón por la cual se habla de “Feminización de la pobreza”, yo inicie este articulo comentando que toda problemática afecta a mujeres y niñas de manera diferenciada y pararnos en un contexto de emergencia humanitaria compleja donde se han priorizado muchísimas cosas menos los temas de género también nos lleva a pensar y a preguntarnos ¿Qué está pasando con las mujeres venezolanas?, hemos escuchado muchísimo que la mujer venezolana es 4×4 y aquí nosotras nos hemos desarrollado plenamente y esto efectivamente no es así.
Las mujeres venezolanas viven realidades muy complejas, debido a los ingresos precarios que reciben, ¿Cómo afecta la pobreza a la mujer venezolana?
Hay situaciones biológicas que a nosotras como mujeres nos toca atender de manera diferenciada, el tema de la higiene menstrual y el acceso a productos menstruales es muy complejo, pasamos de la escasez de productos menstruales a la dificultad de acceder a ellos por no disponer del dinero suficiente y esto se hace más cuesta arriba cuando no es una sola mujer la que hace vida en esa familia, cuando es una madre y tiene hijas en edades de la adolescencia, muchas veces se ven obligadas a priorizar y tienen estas que faltar al colegio o la madre al trabajo por no disponer de la cantidad de productos suficiente debido al alto costo de estos.
También se puede evidenciar como se ve vulnerado nuestro derecho a la salud debido a que no existe manera de garantizar la salud sexual y reproductiva de las mujeres venezolanas, es muy complejo llevar una planificación familiar cuando una caja de anticonceptivos cuesta más de 5$ con un ingreso de un salario mínimo por persona alrededor de los 10.000.000Bs. (3.5$), lo que hace a su vez que aumenten las tasas de natalidad en el país y no solo de natalidad, también de embarazos a temprana edad, rescatando que La tasa de embarazos adolescentes en Venezuela es la tercera más elevada en América Latina: 95 nacimientos por cada 1000 adolescentes entre 15 y 19 años de edad (UNFPA, 2019).
Esto cuando hablamos de algunos de los problemas al hablar de pobreza con perspectiva de género y problemáticas que nos afectan de manera más marcada a las niñas, mujeres jóvenes y mujeres en general
El hambre y la desnutrición, esta situación también afecta de manera desproporcionada a las mujeres, porque al no disponer de la cantidad de alimentos necesarios para abastecer a toda la familia las madres priorizan la alimentación de sus hijos y esposos, también lo podemos evidenciar al ver las cifras de desnutrición en mujeres embarazadas “Los últimos registros de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Venezuela destacan que hay embarazadas que llegan a los centros de salud con desnutrición y anemia y cifran en 756 las muertes maternas” (2019-2020), esto es alarmante y tiene muchas consecuencias tanto para las madres como para los bebes.
Es sorprendente que las mujeres siendo parte fundamental de la economía ya que aportamos de manera diferenciada al desarrollo y crecimiento de las naciones, debido a que la economía mundial no sería lo mismo sin el trabajo de cuidado no remunerado, nos encontremos en los más altos niveles de pobreza, por esto es sumamente importante fomentar el empoderamiento de las niñas y mujeres jóvenes, desde edades tempranas, para logar sociedades más justas y plenas, aún existen muchas brechas y barreras que nos toca seguir desmontando, nos toca seguir luchando contra problemas estructurales y complejos para el día de mañana poder decir que esto ya no es una realidad y es cosa del pasado, son necesarias políticas públicas con enfoque de género diseñadas en el desarrollo pleno de las mujeres en ámbitos de la vida pública, en puestos empresariales, a nivel político y social, de igual manera, un cambio drástico en nuestro sistema educativo, la educación debe ir mas allá de la paridad en el acceso a ella, necesitamos una educación que empodere a niñas y mujeres jóvenes, una educación que este enfocada en visibilizar también los logros de las mujeres y en lograr una igualdad y equidad real y tangible.
*Imágenes referenciales (Cortesía)