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Verónica Colina: Una mirada humana ante las injusticias en la sociedad venezolana

POR: Karla Ávila Morillo / Comunicaciones REDAC

La futura abogada, Verónica Valentina Colina Rivas, nació en Boconó, estado Trujillo, situada al sureste de esa región, sitio al que Simón Bolívar llamó “Jardín de Venezuela”. Creció en la ciudad de Mérida y estudia derecho en la Universidad de los Andes, recuerda en retrospectiva que desde que comenzó sus estudios en la educación primaria, no le gustaban particularmente las injusticias y ella luchaba porque no ocurriesen esas situaciones. Más adelante en bachillerato, le llamó la atención la carrera de derecho y fue allí donde compró su primer libro para saber si realmente le llamaba la atención dicha profesión y se dio cuenta de que estaba en lo cierto, además de que siempre le ha gustado conversar y debatir ideas, argumentarlas para que tengan fundamento y así con ello, podría contribuir a un mundo mejor, el cual ve lleno de injusticias y situaciones crueles donde deberían destacar las personas que accionan en pro de un mundo más humanista y sensible.

Colina, además de su carrera académica en derecho, también ha realizado estudios en las áreas de políticas públicas, gobierno abierto, salud sexual y reproductiva, gestión del voluntariado, community manager, derechos humanos, inglés, liderazgo, comunicación efectiva, emprendimiento empresarial, gestión del marketing y creatividad, fronteras, gestión de la crisis y redes.

Rememora: “Al salir del bachillerato, entré al mundo de las organizaciones por invitación de mi madrina, en este caso, en la organización Junior Chamber International (JCI), inicié mi formación en diferentes cursos, talleres y conocimientos que me fue suministrando dicha ONG, especialmente en los derechos humanos, los proyectos sustentables en la sociedad merideña y sobre todo, el liderazgo; allí empezó mi curiosidad por saber más y más de un área que ahora tanto me apasiona como lo son, los derechos humanos.”

Una de las cosas que más le apasionan, es el actuar en la sociedad, brindando herramientas para que se logren los objetivos, considera que no se pueden lograr dichos objetivos con gran impacto cuando se actúa individualmente, a diferencia de cuando alguien te acompaña y en este caso, es la Red de Activistas Ciudadanos por los Derechos Humanos (REDAC), donde más que encontrar un lugar en el que le han dado diversas herramientas, también ha encontrado un lugar lleno de compañerismo, entre todos aprenden y se convierte en una gran retroalimentación, un apoyo fundamental para el trabajo que se debe hacer hoy en día por Venezuela.

Verónica desarrolla un proyecto personal como gerente institucional de “Psicología y Derechos Humanos” conocida por sus siglas PSICODEHU, allí lleva a cabo el empoderamiento en las comunidades y una de las acciones más importantes, el hacer los enlaces entre instituciones, organizaciones y la sociedad merideña para que cada propósito se lleve a cabo poniendo en práctica cada capacitación que ha ido adquiriendo en el andar de una democracia más humana.

También ha trabajado con Amnistía Internacional, comenta con entusiasmo: “Hemos recibido apoyo de la cámara de comercio, la Universidad de los Andes, del Instituto Autónomo del Consejo Nacional de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes de Mérida (IDENNA), CORMETUR, de la Cátedra de la Paz, la Cruz Roja, Transparencia Internacional, Proyecto 860, Fundaredes, Loto Azul, Mulier, CEPAZ, CINEP, Fundación Váyalo, incluyendo por supuesto, RADAR (Red Andina de Derechos Humanos) y Sindicato de Periodistas de la Ciudad de Mérida.”

Ha impartido talleres y realizado distintas actividades desde la JCI, conmemorando el día Internacional de la paz en el Concejo Municipal: “La paz es posible”; ponencia de emprendimiento a las niñas de la Casa Hogar en diferentes áreas como la contabilidad, técnicas y maneras de emprender sin tener una carrera profesional, formaciones de valores con dinámicas o maneras divertidas de aprender, de igual manera, fomentando las virtudes de las niñas para un mejor futuro, dándoles conocimiento sobre la salud sexual y reproductiva (SSR), formaciones en la parroquia “El Llano” sobre los valores en jóvenes y sobre seguridad cibernética en la jornada “Trabajando juntos hacemos la diferencia” con el Centro de Justicia y Paz (CEPAZ) y la REDAC.

Ella está convencida de que cuando una persona piensa en buenas ideas y se une a un colectivo que tenga los mismos fines en común, se pueden hacer obras grandiosas, puesto que se analiza en equipo, siendo un pilar fundamental en la sociedad para poder lograr lo que se quiera llevar a cabo ante cualquier área, motivo o circunstancia. Opina que actualmente, Venezuela necesita de todos sus hijos, que trabajen unidos sin diferencias de raza, religión o ideología política para lograr la libertad tan anhelada en el país.

Le da importancia al uso de las tecnologías de información y comunicación en el campo educativo de los derechos humanos, ya que han sido de gran utilidad en los últimos tiempos para hacer que la sociedad civil tenga acceso a grandes conocimientos, expandir la información y hacerla llegar a cada rincón del mundo, lo que lleva a la globalización del conocimiento, algo jamás antes visto, lo que hace que las personas estén conectadas y que sepan al instante lo que ocurre en cualquier lugar, el poder documentar y hacerlo llegar a las instancias adecuadas, como también, una mejora en la capacitación educativa de manera que se haga más rápida y eficazmente.

Le preocupa lo siguiente: “Pero como en todo, siempre hay algo, hay que saber y estar conscientes del valor de las TIC tanto para construir como para destruir, debemos saber cómo defensores de derechos humanos que nuestra información privada no debe ser expuesta en ningún sitio porque en cualquier momento podemos pasar a ser vulnerables y tener en cuenta las formas de seguridad para que esto,  en ningún momento, nos afecte.”

Ha trabajado en la comunidad de la parroquia “El Llano”, en la casa hogar  del Idenna: Águilas del Caribay, HULA y en San Jacinto. De esas comunidades percibe la necesidad que se tiene a flor de piel de ser escuchados, de ser atendidos, especialmente de los padres, niños, niñas y adolescentes sin los conocimientos ni las herramientas para hacer valer sus derechos, de que se sepa realmente de lo que son capaces como ciudadanos a realizar para que se les sea concedido lo que necesitan, es decir, una vida digna.

Además, afirma que en esas comunidades se suscita la inquietud en la población, al ver los impactos que han tenido en estos años y que al pasar esta situación, quedarán graves consecuencias de ello en su salud mental principalmente y que la sociedad en sí, no está preparada para abordar la situación post-trauma en Venezuela cuando se logre la mejora que tanto se requiere y se pide a gritos.

En cuanto a los aspectos más vulnerables de esas colectividades, Verónica expresa que: “Principalmente, se ven vulnerados los derechos que se tienen a un alcance de oportunidades, de una vida digna a todas estas personas, algunos en un estado de desnutrición por diferentes factores, los padres con la presión de encontrar el dinero para comprarle los medicamentos para sus hijos puesto que ya no otorgan los insumos requeridos. También, se logra ver la ineficiencia e ineficacia que hay cuando suceden desastres naturales, no hay un plan para que la población sea atendida, especialmente en San Jacinto, donde muchos perdieron su vivienda y se encuentran refugiados en albergues, donde no tienen la disponibilidad económica para adquirir medicamentos y que entre todos, cooperan para que ninguno quede sin un plato de comida y poder subsistir, la situación ha llevado a la población a una gran necesidad que no es atendida por completo en medicamentos, alimentos y proteínas que lo sustenten.”

Las comunidades que ha visitado plantean una problemática aguda en derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA), siendo esta la principal preocupación para las personas que viven en esas regiones andinas.

Opina que a pesar de tener un gran sistema de justicia en Venezuela, actualmente no existe una división de poderes, vemos como no se alinean a lo que dice la constitución ni a las leyes, en cambio, siente que la justicia es manejada a conveniencia de los momentos políticos, considera que hay un gran vacío legal en el sistema y esto, debería reconsiderarse en un futuro cercano. No desestima que los derechos y los privilegios que respaldan al ciudadano sean magníficos pero el legislador deja a la imaginación ciertos criterios que se deben aclarar para que no existan fallas ni malinterpretaciones de la ley para un próximo gobierno.

A través del activismo ciudadano procura fomentar el humanismo, el respeto, la tolerancia en todos los sentidos, la igualdad de oportunidades, donde no exista esa igualdad populista, puesto que para ella todos somos singulares, personas únicas, pero a pesar de las singularidades desea que cada venezolano luche por sus metas, que con su esmero las alcancen y que se pueda lograr una justicia social en el país.

En los lugares donde ha ido a educar, le ha llamado la atención algo: “Las personas más vulnerables creen que los derechos humanos están dirigidos a los abogados o personas con alguna profesión en específico, cuando al contrario, los derechos humanos son un asunto de todos como ciudadanos, donde cada persona debe saber sus derechos para así, en el momento en el que se vean vulnerados, cada uno pueda actuar en defensa de ellos y es algo que por la inacción, todos se ven afectados más por desconocimiento que por desinterés.”

Vislumbra en la sociedad merideña que una parte de la sociedad civil está muy interesada en hacer incidencia en las comunidades, el trabajo en conjunto que se ha hecho en Mérida, es a su juicio, bastante importante, ve que se ha orientado hacia la víctima y al acompañamiento en los procesos de denuncias, esto ha sido parte fundamental de las organizaciones en Mérida tanto a nivel jurídico como psicológico para las personas. El activismo en derechos humanos es muy destacado en su ciudad, donde simultáneamente se llevan actividades en relación a ello para empoderar a la población y darles las herramientas que tanto necesitan.

Algunas de las barreras que evalúa son las siguientes: “A veces, vemos entorpecer el entorno por las diferentes ideologías que existen, la frustración que conlleva la situación actual y se refleja en la vida de cada merideño, haciendo que exista menor productividad en el ciudadano y para ello, hay que seguir trabajando en el manejo de emociones pero sobre todo, en una comunicación efectiva, donde las vías y formas de expresión sean las correctas en la sociedad, en consecuencia, traería la paz y reconciliación.”

A través de su labor como activista y defensora de DDHH han nacido líderes impulsados por su labor, ella ha visto el empoderamiento y la motivación de los próximos líderes, de esos jóvenes que tanto la necesitan en la adversidad, donde una de las cosas más importantes, es darle a entender a todas las personas que no hay crisis en donde no existan resultados positivos en ellos mismos.

Entre sus logros y lo vivido, ha tenido una gran experiencia con la REDAC, donde ha construido sus mayores conocimientos y enriquecimiento en el área de los derechos humanos, gracias a las clases recibidas a través de las aulas virtuales de CEPAZ bajo la tutoría del abogado Juan Carlos Mogollón, las cuales han sido de gran impacto este año, con temas de mucha importancia para los activistas venezolanos.

Además, siente que la conectividad con la red hace que el trabajo colaborativo tenga mayor impacto y llegue a más personas, lo cual le ha dado la oportunidad de acompañar la capacitación realizada en Mérida, facilitando uno de los temas, donde el empoderamiento al activista es una de las mayores riquezas que ha experimentado y los merideños han quedado gratamente satisfechos por la jornada.

En este año 2019, también acompañó a CEPAZ y REDAC en el encuentro nacional de activistas, donde hizo enlaces fructíferos y recibió capacitación relevante para su formación. Comenta con felicidad: “Les doy las gracias públicamente a CEPAZ y la REDAC por el espacio de gran crecimiento, seguimiento y orientación que nos han dado a la sociedad civil. Como ciudadanos debemos dejar el desconocimiento a un lado y construir una vida digna donde hagamos escuchar nuestra voz, nuestros pensamientos y que con nuestras acciones se haga la diferencia pero para ello, debemos buscar e indagar el gran valor que tenemos como un pueblo unido.”

Para finalizar reflexiona que muchas veces se escucha decir: “La justicia tarda pero llega”, por ello, la importancia para ella de documentar, denunciar las situaciones indebidas y sobre todo, no hacerse cómplice del silencio. Confía en que en algún momento se ejecutarán las acciones que tanta falta hacen a la sociedad, donde predomine el bien común de todos los ciudadanos, la vida digna y en donde ningún derecho humano se vea violentado.

Activismos

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Red de Activistas ciudadanos por los DDHH promoviendo democratización de los DDHH

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