Es impresionante la cantidad de violaciones de los derechos humanos hacia los guerreros inquebrantables, aquellos que día a día luchan por brindar un acceso a la información, por filmar, por fotografiar, por decir NO A LA CENSURA y contra el cierre de medios de comunicación impresos, televisoras y radios por decir la verdad.
Lxs que de verdad son periodistas, hoy enfrentan el inclemente sol, golpizas, insultos, presión psicológica de estar encerrados en un cuarto por 4 o más horas, por hacerlos borrar el material recabado para informar, entre otros obstáculos.
Lxs periodistas, tienen una inmensa responsabilidad en difundir una información de manera veraz, oportuna y son los únicos portavoces de la comunidad, de los que está sucediendo hoy en día. Por ello, no podemos permitir que los periodistas sigan siendo vejados por el estado por su ética, por honrar sus responsabilidades de difundir la verdad, simplemente la verdad. El y la periodista venezolanx se ha esforzado en estudios, preparación, y su trabajo merece respeto por parte de las autoridades.
Es justo señalar, que los periodistas enfrentan hoy en día muchísimas trabas para tener acceso a la información pública y privada dentro y fuera de los entes gubernamentales, para redactar libremente, sin presiones, donde nada y nadie se oponga y transgiverse la información.
Lxs periodistas son inquebrantables, pero su fortaleza es INALCANZABLE: sus ganas, sus deseos, su amor y su pasión por la profesión se convierten en una armadura, porque saben que sus instintos, sus olfatos y sus corazones les dicen la verdad, y nadie se interpondrá ante su dignidad, sus valores y ética; frente a un estado que viola las garantías y los derechos humanos de los ciudadanos.
Sus únicas armas son un bloc de notas, cámaras fotográficas y de video, lápiz, grabadora, celular; y una esencial y primordial: su voz. Una voz, que jamás será callada y su pensamiento siempre será libre.
Hoy, todos debemos alzar nuestra voz frente a los atropellos. Actuar urgentemente y exigir protección para lxs periodistas, en Venezuela, y el mundo.
*Imagen cortesía de: Museo de Memoria y Tolerancia, México.