La Comisión Interamericana de Derechos Humanos otorgó medida cautelar de protección a 43 personas con VIH/sida en Venezuela el pasado mes de octubre de 2018. La decisión se debió tras la verificación que hiciera el organismo internacional de las serias dificultades que atraviesan los beneficiarios tras las fallas del suministro del tratamiento antirretroviral (TAR). Sin embargo, continúan las denuncias de quienes indican que los meses siguen pasando y todavía no se les garantiza su derecho a la salud y a la vida.
El peligro que corre Luis
Desde octubre de 2018 a este momento, Luis no ha obtenido su tratamiento y es una de las personas beneficiarias de las medidas cautelares.
“Sin duda, es un horror lo que vivimos cada vez que vamos al Hospital José Gregorio Hernández a buscar el tratamiento. Desde finales de enero me indicaron que ya el esquema que tomo no llegará más al país, sin darme mayor explicación”. El esquema de Luis es Raitregravir y Truvada.
Luis no sabe qué hacer, su médico tratante le informó que estos ARV que estarán entregando, son medicamentos en su mayoría, para personas recién diagnosticadas y que para una persona que ya está adaptada le cuesta mucho más que el organismo reciba un nuevo esquema de golpe y sin realizar estudios previos. Tampoco en Venezuela hay reactivos disponibles para realizar pruebas de control del virus.
Como beneficiario de las cautelares Luis solo exige que el Estado cumpla con lo que le indica la Resolución de la CIDH.
“Yo solo exijo que se centran en normalizar la entrega de los medicamentos ARV, la dotación en los laboratorios de los hospitales para poder hacerme los exámenes de seguimiento periódico y la dotación en general de todos los medicamentos necesarios para que podamos atacar a tiempo cualquier enfermedad oportunista, y de no tener la capacidad para hacerlo que acepte la entrada al país de la ayuda humanitaria que evidentemente es necesaria”.
Muchas son las personas que comparten la misma historia de vida de Luis. El miedo a morir en Venezuela solo porque no se tiene acceso al derecho a la salud se incrementa en la mayoría de la población.
Migrar como alternativa de vida
Luis comenta que conoce a personas que están en peor situación porque, tienen incluso, años sin recibir tratamiento. Muchas otras han migrado en busca de ayuda, otras tantas se han complicado y han muerto y no forman parte de las estadísticas que no salen a la luz pública ya que mueren en sus casas.
“Siento una gran impotencia ya que al parecer ni siquiera con la intervención de un organismo internacional el estado entra en razón. Tengo miedo de morir y muchas veces he pensado en irme del país, pero la decisión nunca me ha sido fácil tomarla”.
La falta de medicamentos ha obligado a miles de venezolanos a buscar tratamiento y la esperanza de vida en otros países. Tomando en cuenta que el acceso a los antirretrovirales no solo significa una oportunidad de vivir, sino de tener también una vida normal.
Frente a esto, es importante resaltar que los refugiados y migrantes de Venezuela con VIH necesitan acceso a tratamiento y atención antirretroviral salvavidas en los países de acogida, así como un acceso constante a información específica, educación y comunicación sobre prevención asesoría, pruebas y preservativos.
Cuando recientemente celebramos el día mundial de la salud, no hay motivos para celebrar en Venezuela, debido a que este país se ha convertido en una fábrica de muertes prevenibles por la negativa de actores del Gobierno de reconocer la Emergencia Humanitaria Compleja y la grave crisis de derechos económicos, sociales y culturales que se vive desde hace años atrás y que hoy se acentúa sin que sea evitado por quienes pueden hacerlo y quienes también ocasionaron el desastre por las malas políticas implementadas.
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