Serie: Conoce a nuestrxs activistas.
Por: Karla Ávila Morillo / Comunicaciones REDAC
Briceida Coromoto Morales Alburjas es una mujer discreta, simpática y disciplinada. Ella nació en Caracas pero creció entre el Distrito Capital, Táchira, Bolívar y Barinas. Estudió comunicación social en la Universidad Católica Andrés Bello de la capital venezolana (2000), tiene maestría en ciencias políticas de la Universidad de Los Andes en Mérida (2005), obtuvo también un diplomado en gobernabilidad, gerencia política y gestión pública de la Universidad Simón Bolívar y la Universidad George Washington en el año 2016.
Adicionalmente a sus estudios académicos, se ha preparado en varios idiomas, sabe inglés, mandarín, y actualmente aprende francés. Su sentido de compromiso con la sociedad tiene que ver con decir la verdad y ser la voz de aquellos más desprotegidos, es lo que la ha motivado a avanzar como profesional del periodismo.
Comenzó su camino por los derechos humanos cuando le tocó apoyar al señor Óscar Pineda de la Organización “Comité Paz y Vida por los Derechos Humanos”, que en ese momento llevaba los casos de secuestros, raptos y desapariciones forzadas en el estado Barinas. Más adelante, por invitación de la diputada Sandra Flores, se integró a la Red de Activistas Ciudadanos por los Derechos Humanos (REDAC).
Paralelamente se desarrolla como profesional en la Organización Transparencia Venezuela, al igual que ha participado en proyectos con el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS), lo que le ha permitido recibir apoyo de algunas embajadas, numerosos periodistas y diversos gremios profesionales. Morales da clases en la Universidad Santa María, en materia de periodismo institucional y avanzado. Por ahora, no desarrolla ningún proyecto personal relacionado con los derechos humanos, aunque su trabajo con organizaciones no gubernamentales toca varias aristas de éstos.
Briceida siente que deja su semilla en el planeta al trabajar de cerca con ciudadanos a los cuales les son vulnerados sus derechos fundamentales; considera que es primordial en este momento el trabajo colaborativo entre periodistas y defensores de los derechos humanos ante la realidad del cierre de medios, amenazas a la integridad física, y la complejidad de los temas que se deben investigar. Su interacción con otros colegas es buena, aunque señala que los activistas en Barinas no son muy visibles. Ante las injusticias, sale adelante practicando la respiración consciente, enfocándose en lo más importante para ella, además medita cuando lo considera necesario, dice: “La meditación, el taoísmo, me han ayudado mucho, es aprender a distanciarte sin desprenderte”.
Opina que la presencia de las mujeres en el ámbito periodístico venezolano representa un gran trabajo ya que a su parecer, las mujeres son investigadoras natas, por eso logran desarrollarse muy bien como profesionales del periodismo. Particularmente ella fomenta la responsabilidad, puntualidad y la ética a través de su labor. Le gusta fomentar la equidad de género demostrando el importante papel que han desempeñado tanto hombres como mujeres a lo largo de la historia universal.
Su trabajo de campo abarca la mayoría de las comunidades del estado Barinas y municipios fronterizos, allí ha percibido el miedo e incertidumbre de personas que no cuentan con servicios públicos de calidad, siendo lo que más afecta la calidad de vida, pero también ha observado la esperanza y el deseo de cambio de ciudadanos que anhelan un país mejor.
“Los barineses se han organizado en estos momentos tan duros que nos ha tocado vivir. Precisamente, ahora como parte del trabajo que desempeño con Transparencia Venezuela, estamos impulsando la participación ciudadana como parte de los principios del gobierno abierto. En relación a la libertad de expresión, existen pocos espacios para que el ciudadano pueda opinar, reflejar su opinión. Sólo nos queda un medio impreso, y aunque todavía existen emisoras al aire, hay cierta censura en relación a algunos temas”, es el diagnóstico que hace en relación a su región.
Tanto antes de emprender su desarrollo humano y profesional, como ahora, Briceida está consciente que tiene una misión de vida por cumplir, un objetivo que se va clarificando y fortaleciendo; vislumbra que el proyecto de vida de cada persona debe cumplirse independientemente del sitio donde se encuentre, si es aquí en Venezuela es por alguna razón; si ese proyecto es en otro país, pues también habrá una razón para ser así. En su futuro ella desea haber emprendido con sus planes personales y observar que valió la pena al final del camino.