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Un nuevo apagón

Un nuevo apagón

El 25 de marzo, vivimos y sufrimos un segundo apagón nacional en Venezuela. Acá les relato como lo vivi.

Casi sucede lo que temía, que se fuera la luz y yo estuviese en el metro. Pues acababa de salir de la estación de metro Parque Carabobo cuando se fue la luz. Espere un rato para ver si era algo pasajero. No fue así y decidí irme a casa.

Camine desde parque Carabobo en la Av. Universidad hasta la Avenida Urdaneta. Allí espere por algún transporte que me llevara a mi casa, qué ilusa yo. Todos pasaban llenos. Hasta que paso un autobús que llegaba hasta el Ministerio de Educación. En ese me fui.


Al llegar hasta el frente del Banco Central de Venezuela me toco caminar. Ríos y ríos de gente, en mi mente decía, deberíamos ir a Miraflores y exigir un cambio político. Seguí caminando. Obviamente, el paso frente al palacio estaba cerrado.


Me tocó bajar por la Av. Baralt hasta la calle detrás de Miraflores diagonal a la Estación de metro Silencio y luego tome la calle que pasa frente a Estación de Metro Caño Amarillo hasta finalmente llegar a la Av. Sucre.


Camine toda la av. Sucre hasta mi casa. Justo cuando pasaba por el Metro Agua Salud, veo en frente de mí, entre ese mar de gente un señor mayor que va tambaleándose varias veces hasta que finalmente cae al piso y se rompe la parte superior del ojo izquierdo y comienza a sangrar. 


Dos hombres se acercaron y lo agarraron por los brazos para llevarlo hasta la clínica popular Catia que estaba a dos cuadras. Los acompañé un rato y mientras caminábamos le pregunte al señor si había comido, me dijo que no. Yo tampoco y ya eran las 2:00 pm.


Fui hasta mi casa, calenté algo de comida, comí y empaque algo para llevar. Regrese hasta la clínica. El señor aún estaba allí, Los dos hombres lo dejaron allí y se fueron. Le di la comida al señor y me senté a conversar con él.


El señor tiene 85 años, había salido en la mañana a cobrar la pensión que no le pagaron. Cuando iba de regreso a casa en el metro en Agua Salud se dio el apagón y los mandaron a desalojar. El, cansado y sin comer comenzó a caminar pero no pudo más y cayó al piso, cuando lo vi.


No le tomaron puntos en la herida, solo le pusieron una cura y le mandaron unas medicinas. 
Luego de comer pareció recuperar fuerzas y se levantó para irse y no se le hiciera tarde para llegar a casa. Lo acompañé hasta el Parque del Oeste donde me dijo que ya me fuera. Por el camino me dijo que tenía mucho dolor. Y cuando llegamos a Gato Negro ya tenía el ojo completamente cerrado por la hinchazón.

Le dije que podía acompañarlo hasta su casa pero no me dejo. No quise insistir y ahí lo deje, donde me pidió que lo dejara. Me rompió el corazón ver a ese señor tan mayor y solo en la calle. Así como él hay muchos. No es justo que la gente a esa edad, ni a ninguna edad tenga que pasar tanto trabajo. 

 

 

 

 

Imagen cortesía: BBC Mundo

Quiteria Franco

Quiteria Franco

Defensora de los derechos de las mujeres y personas LGBTI.

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