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LA PEQUEÑA GRAN AARIANA

Por: Lcda. Karla Ávila M

Karla.avilamorillo@yahoo.com.ve
Twitter: @LaTuristaKAM – @2mundosguayana

Hoy quiero hablarles de un tema delicado, es de gran importancia dentro de la sociedad que soñamos perfecta pero que va en sentido contrario. Les quiero hablar del Bullying.

Muchos se fastidian, piensan que es una simple moda hablar de esto, pero en realidad es un tema que corroe día a día la salud mental y física tanto de nuestros niños como adolescentes.

¿Qué es el bullying?

Es el término en inglés para referirse al acoso escolar,  que a su vez representa cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado.

Ahora bien, se preguntarán el por qué decidí hablar de este tema, es sencillo, lo hago porque lo viví de niña y ahora, muchos años después, lo vivió mi hijo, gracias a Dios en distintas épocas supimos sobrellevarlo para salir de ello y no nos tocó con tanta intensidad como les ha sucedido a otros que ya ni siquiera viven.

Es así como por cosas de la vida, las llamadas “causalidades”, supe del caso de Aariana.

Hace unos meses conocí por referencia de su madre a un ser lleno de luz, desde el momento que supe de ella sentí que había algo especial. Pasó el tiempo y se dio la oportunidad de conocerla en persona ya que aunque es venezolana, no vive en el país, ambas viven en Europa.

Ver a Aariana es darse cuenta que destaca sobre los demás, su aura es limpia, es una chica sana, noble y dulce, pero no es tonta, es un ser humano elevado, de buenos sentimientos pero con los pies bien plantados en la tierra, inteligente y con talento para el arte. Ella es cien por ciento auténtica, tan sólo verla es darse cuenta que es así.

Pues bien, esta chica tan especial sufrió severamente por acoso escolar en su antigua escuela, pero lo que más impresiona es la excusa o el argumento de sus agresores, quienes manifestaron que era imposible la existencia de una persona como ella, la llamaban chica “fake”, es decir “la chica falsa”, según los bravucones era una mentira su manera de ser, es decir, dulce, buena compañera, colaboradora, para ellos eso no era real, pensaban que se comportaba así para hacer creer que era buena y luego hacerles daño. Mejor dicho ella aparentaba lo que no es, expresaron los chicos problemáticos.

Confieso que quedé muda por algunos minutos, no podía creer tal argumento, me impactó la idea que estos jóvenes simplemente no crean en la bondad del ser humano. ¿Dónde están sus padres y qué valores les inculcan?

A modo personal, opino que los valores se siembran en casa y se fortalecen en el colegio. Considero que la influencia de la educación familiar es indispensable para subsistir fuera del hogar, dar buen ejemplo a los demás, hacer uso adecuado de la libertad. Las relaciones personales, la seguridad, la fraternidad en el seno de la sociedad se inicia en la familia y por ello es ahí donde se comienza la vida social. Es un error creer que la escuela es líder y culpable total de la educación de nuestros hijos.

Precisamente, gracias a la cultura, amor, responsabilidad, fuerza mental y coraje de Vilma, la madre de Aariana, consiguieron unir esfuerzos para salir de esta pesadilla que significaron los ataques por acoso escolar. Muchas reuniones con los directivos de ese colegio, policía y supervisores lograron aplacar el problema superficialmente hasta obtener las disculpas de los agresores de Aariana. Obviamente al no tener garantizada la seguridad al cien por ciento, decidieron cambiar de institución ahora, felizmente, tienen la oportunidad de estar en un gran colegio de arte donde son flexibles y respetuosos en cuanto a la vida, ser y parecer de cada quien, aquí todos aceptan a Aariana tal cual es, de hecho es una de las mejores estudiantes de todo el plantel.

Desde estas líneas vaya mi reconocimiento para Vilma y Aariana por salir victoriosas de esta situación, por dar el buen ejemplo a los demás aplicando la comunicación, valentía, madurez y amor al prójimo. Del mismo modo, invito a todos los que han leído este escrito a que estén alertas a cualquier situación fuera de lo común con nuestros hijos, no esperemos que sea tarde para tomar medidas si vemos algo irregular y lo más importante, por favor inculquemos valores, la buena educación es la base de toda familia y la familia es la base de la sociedad, sea cual sea su modelo de estructura, como individuos debemos dar lo mejor de nosotros día a día, ser buenos ciudadanos, no copiemos lo malo, copiemos lo bueno y reproduzcamos lo positivo para hacer juntos un mundo mejor o por lo menos más llevadero.

Sólo piensen… ¿Cuántas oportunidades tenemos de vivir la niñez de nuestros hijos? La niñez es una sola, nuestros hijos la viven una sola vez, por ello es importante vivir cada etapa, supervisarlos con cariño y corrigiéndolos. Muchas veces debemos repetir y repetir hasta el cansancio hasta que aprendan las lecciones, pero eso, precisamente forma parte de ser padre o madre, esa teoría de “déjalo ser” no va, a nuestros hijos hay que ayudarlos a desarrollar su mente, su pensamiento hasta que tengan uso del razonamiento por sí mismos. Celebrar sus travesuras, groserías o tener miedo de reprenderlos correctamente (sin agresiones), en mi opinión, lleva a criar seres humanos fanfarrones que considerarán los ataques o malos comportamientos como “normales” cuando en realidad no lo son.

Pongamos sin temor la piedra fundacional para una buena educación familiar y ciudadana.

KAM®

Karla Ávila Morillo

Karla Ávila Morillo

Periodista, locutora, activista ciudadana, directora de Fundación Lucelia

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