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Adriana Flores: Juventud que se abre camino ante las injusticias

Serie: Conoce a nuestrxs activistas.

Por: Karla Ávila Morillo / Comunicaciones REDAC

Adriana Flores Márquez es una joven venezolana, hermana de la lideresa política Sandra Flores de Garzón, ambas destacadas mujeres activistas ciudadanas de nuestro país.

Nació en el llano, en Barinas, estado Barinas, donde decidió formarse en la carrera de derecho en la Universidad Santa María, núcleo Barinas. Al respecto comenta: “Siempre me interesaron los temas sociales y políticos y en vista de que en mi ciudad la oferta académica es reducida decidí tomar derecho. Además, antes de entrar a la Universidad era parte de la directiva de una fundación de animales en mi ciudad donde las constantes interacciones con instituciones públicas y empresas privadas me hicieron comprender la importancia de la participación de la sociedad civil en la vida pública para crear incidencia local”.

Adriana aspira realizar estudios de postgrado, aunque en estos momentos es complicado para ella porque no cuenta con los recursos económicos para hacerlo. Sin embargo, no se detiene, además de cursos sobre derechos humanos y formación política, ella fue becada por Konrad Adenauer y la Fundación René Cassin para realizar estudios cortos sobre derecho internacional y derechos de las mujeres.

Llegó al activismo ciudadano al unirse al Foro Penal capítulo Barinas, por invitación de la coordinadora de esta organización quien fue su profesora durante el desarrollo de la carrera universitaria, motivo por el cual comenzó a trabajar en el cuerpo voluntario de los defensores activos, pero el impulso principal que la llevó a realizar estas actividades fue el encarcelamiento de su hermana Sandra Flores y su cuñado Hernán Garzón, quienes fueron detenidos en un allanamiento que el servicio de inteligencia del régimen, realizó a su vivienda familiar en marzo del año 2014. Desde ese momento, ella sintió la imperiosa necesidad de apoyar la defensa a los detenidos por motivos políticos.

Se animó a formar parte de la Red de Activistas Ciudadanos por los derechos humanos (REDAC), porque está a favor del trabajo colaborativo y le entusiasma la capacidad de constituir redes con personas de todo el país. Además, la REDAC le permitió capacitarse en materia de DDHH, lo que le ha permitido crecer y madurar profesionalmente.

Adriana, conjuntamente, se declara feminista, le interesa mucho defender los derechos de las mujeres, además; como mujer migrante le ha tocado ver y vivir las dificultades que sufren los migrantes pero que adicionalmente se agravan cuando hay problemas que afectan de forma diferencial a las mujeres, como lo son los delitos sexuales. Inspirada en esta situación, pronto dará a conocer su proyecto en relación a este flagelo que vulnera la calidad de vida de las mujeres venezolanas.

Se ha desempeñado laboralmente como defensora de derechos humanos junto a organizaciones como Foro Penal, mencionado anteriormente, pero también Transparencia Venezuela y actualmente con la REDAC y el Centro de Justicia y Paz (CEPAZ).

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Expresa que gracias a la capacitación recibida desde CEPAZ, crecieron sus conocimientos sobre derechos humanos y sintió que fue exponencial, ya que no tenía idea sobre la materia y además poseía prejuicios muy grandes sobre los derechos de las mujeres y en relación a la diversidad sexual. Asimismo, aprendió a ser más responsable con la información e investigar de buenas fuentes antes de compartirla, para emitir una opinión justa y sin prejuicios.

Por ser alguien proactiva, ha recibido el soporte de muchas personas, pero hace hincapié en lo siguiente: “Primeramente he recibido el apoyo de mis padres, mi hermana y mi cuñado, ellos me ayudaban a trasladarme de un sitio a otro para ejercer la defensa de las víctimas; yo iba con mi hermana a los centros de detención para visitar a los presos. Pero también tuve sustento de muchos conocidos y amigos que aportaban económicamente cuando había que comprar comida para los detenidos. Pero en cuanto a capacitación y oportunidad de prepararme más en el área de los DDHH el apoyo del Centro de Justicia y Paz ha sido muy importante para mí. Sin CEPAZ no hubiera tenido la oportunidad de tener la formación que tengo hoy en día”.

Para Adriana es imprescindible el trabajo colaborativo, considera que es posible hacer cosas solos pero cuando se cuenta con apoyo de otras personas que hacen lo mismo desde otros puntos de vista, es posible cubrir más terreno. Del mismo modo, considera significativo darle un enfoque de género a los activismos que realiza. Para ella es muy importante visibilizar los problemas que enfrentan las mujeres y se dan en mayor medida en este grupo. Siente que quienes están más comprometidas con las causas sociales son precisamente las mujeres, sin embargo hay riesgos que como todo defensor, susciten ser perseguidas, encarceladas, amenazadas y en el caso de las mujeres se suman situaciones de violencia sexual.

Lo interesante para ella, en relación al activismo de DDHH, es que le permite conectarse con personas con las que comparte objetivos similares, y precisamente gracias a ellos ha acoplado con gente con las que puede trabajar sobre algunos proyectos personales en los que avanza.

Su labor más fuerte en Venezuela fue defender a presos por motivos políticos en el estado Barinas. Cuando eran detenidos en cualquier parte del estado, los llevaban a los centros de detención de la capital barinesa, allí ella apoyaba documentando las circunstancias en las que eran detenidos, recogía datos personales, conseguía comida, ropa e incluso libros y acompañaba a los familiares cuando iban al circuito judicial o cuando hacían visitas en los centros de detención. Durante las visitas a estos centros, la mayoría de las veces, iba en compañía de su hermana, la diputada Sandra Flores de Garzón quien había vivido esa misma situación al ser detenida por motivos políticos en el año 2014 y en muchas oportunidades trabajaron en conjunto con los defensores activos del foro penal, ese acompañamiento no ha cesado, aún la sigue apoyando como símbolo de un gran pilar familiar y profesional.

Comparte sus anécdotas al respecto: “En Barinas, los presos venían fundamentalmente de sectores populares. La mayoría de ellos varones muy jóvenes, también habían mujeres entre los detenidos. Me refiero específicamente a los detenidos durante las protestas comprendidas durante los años 2016 y 2017. Definitivamente, uno nota la diferencia de estas personas respecto al resto de la población, es decir, en general eran queridas por sus familias, amigos y comunidades, algunos de ellos destacaban por sus habilidades deportivas o artísticas, altas calificaciones académicas, liderazgo, pero además el deseo de cambio, la esperanza de vivir en un país en democracia, tener oportunidades donde ellos y sus familias pudieran vivir decentemente. Hoy día muchas de estas personas que alguna vez visité en la cárcel están en el exilio, pues los tribunales les dictaban libertad condicional, nunca libertad plena, como debería ser. Un caso que hasta el día de hoy me llena el corazón, es el de Yolibeth Colmenares, una joven barinesa egresada de la Universidad Santa María, quien fue detenida, torturada dos veces durante el 2017 y que hoy día aún lucha desde Barinas por recuperar a Venezuela. Puedo mencionar muchos otros casos de personas excepcionales que, al pensar todo lo que sufrieron y a su vez lo hermosas personas que son, me hace sacar algunas lágrimas. Por personas así es que vale la pena seguir luchando por nuestro país”.

En las comunidades a las que se ha acercado a trabajar, observaba las mismas vulnerabilidades que se pueden ver a nivel nacional, las dificultades para conseguir alimentos y medicinas, la falta de oportunidades de crecimiento profesional, entre otras. En general los detenidos a quienes defendía, hablaban de estas situaciones como las razones por las cuales salían a las calles a protestar.

No solamente ha velado por el bienestar de los presos políticos sino que también ha organizado talleres sobre derechos humanos en su alma máter y de la misma manera la han invitado a dar ponencias sobre cómo documentar violaciones de DDHH en la Universidad Nacional Abierta de Barinas. Opina: “Si deseamos un mundo diferente donde sea posible una economía sólida en nuestros países y donde sea posible el desarrollo integral de las personas es necesario unirnos, visibilizar los problemas que nos afectan e influir para solucionar dichos problemas. El Banco Mundial ha determinado que en sociedades donde sus ciudadanos y ciudadanas gozan de derechos y tienen oportunidades de crecimiento personal, hay un impacto muy importante sobre el crecimiento económico de los países. Es decir, incluso luchando por nuestros propios derechos es posible contribuir al país en lo económico y en lo social”.

Como víctima de persecución judicial a través de una orden de aprehensión en su contra por parte de un tribunal militar, opina que queda en evidencia que el sistema de justicia venezolano es un sistema totalmente político que no se apega a las leyes ni a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Reflexiona: “Tan necesario e importante es conocer sobre tus derechos como también sobre tus deberes. Cuando una sociedad conoce sus derechos puede evitar males tan terribles como los que vivimos en Venezuela, porque lamentablemente cuando los desconocemos, pensamos que es normal si son vulnerados. Por otro lado, cuando cumplimos con nuestros deberes, contribuimos a una sociedad más organizada, donde las cosas funcionan mejor y por supuesto, estamos más cómodos y felices de vivir allí”.

Sin embargo, a través de su trabajo de campo, ha podido darse cuenta que a raíz de las violaciones sistemáticas de DDHH cometidas por el régimen venezolano, las personas están más conscientes de la importancia del respeto a sus derechos pero siente que además se necesita apoyarles a los ciudadanos con información y formación, por eso, siempre fomenta las labores en equipo, la solidaridad, el compromiso y el amor al trabajo.

Desea resaltar la importancia de los derechos humanos ya que son violaciones que no prescriben, queriendo decir que aunque pasen diez, veinte o treinta años, los culpables serán castigados por sus crímenes. Por ello apunta: “Es vital que las personas sepan que cuando documentas, es decir, recoges todas las pruebas posibles sobre una violación de derechos humanos, será posible hacer justicia. De lo contrario, será difícil conseguirlo. La denuncia también juega un rol importante porque deja un precedente sobre un Estado que no actuó con la debida diligencia, haciendo más fácil demostrar su responsabilidad ante los hechos”.

Actualmente, Adriana está vinculada con organizaciones relacionadas a la migración forzada de venezolanos en Argentina, haciendo mesas de debate y trabajo para plantear los problemas como también las soluciones ante el movimiento migratorio de venezolanos que se desplazan por toda latinoamérica como consecuencia de la emergencia humanitaria compleja que vive Venezuela.

Hace un diagnóstico sobre la sociedad argentina, dice: “Percibo a Argentina como un país muy heterogéneo, los habitantes de la capital pueden ser muy diferentes a los que vienen de las provincias del sur y éstos a los del norte, pero algo que realmente admiro de ese país es como mantienen vigente en todo momento su memoria histórica, precisamente para evitar que los crímenes de lesa humanidad que vivieron en la época de la dictadura militar en los años 70 y en el atentado de la Amia no queden en el olvido”.

No obstante, se ha conseguido con algunas barreras al emigrar, al tener que hacerlo de manera forzada, ella no tenía idea a lo que se iba a enfrentar una vez que estuviera en aquel país. Al principio tenía trabajos precarios que nada tenían que ver con su profesión, comenta que recibió malos tratos de algunos  jefes y en una oportunidad fue acosada por uno de ellos cuando se encontraba trabajando de camarera en un restaurante. El tema de la soledad también ha influido en su día a día, es decir, el no tener familia ni amigos donde vive ahora, pero al menos ya ha hecho algunas nuevas amistades.

Fomentar la equidad de género es un tema que está sobre la mesa en las agendas de los países del mundo. Para Adriana, las leyes de paridad de género, aunque controversiales, contribuyen a que las mujeres se posicionen en puestos de poder, como ocurren en más de cuarenta países del mundo donde existen estas leyes, por otro lado la capacitación de lideresas es muy importante para que aquellas que apunten a dichos cargos sean mujeres aún más preparadas, pues muchas veces la sola implementación de las leyes no es suficiente. Quiere motivar a las mujeres más jóvenes a visualizarse en cargos políticos, pues aún hoy día en cualquier evento político, es fácil darse cuenta que falta la presencia femenina en esos espacios. Hace énfasis en que diversas organizaciones e instituciones internacionales tienen el objetivo de incluir a más mujeres en el ámbito político y económico, pues como lo señala el Banco Mundial: “Ningún país, comunidad o economía puede alcanzar su potencial o enfrentar los desafíos del siglo XXI sin la participación plena e igualitaria de mujeres, hombres, niñas y niños”. 

Queda claro que Adriana seguirá luchando, no solamente por sus derechos sino también por los derechos de las demás personas, sus acciones indican que va a paso firme hacia el camino de la equidad al ser la voz de aquellos que son invisibilizados.

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Red de Activistas ciudadanos por los DDHH promoviendo democratización de los DDHH

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